MILANO, de un lat. vg. *MզLNUS derivado del lat. MզLŬUS íd.

1.ª doc.: Berceo.

Está también en Juan Ruiz, Juan Manuel (L. del Cavall., Rivad. LI, 250b47; milano prieto, 251a37), Nebr., etc.; de uso general. Es antiguo el proverbio «el mal del milano: el ala quebrada y el papo sano» (J. de Valdés, Diál. de la L. 42. 20; vid. Aut.). Variantes dialectales son el mozár. milwánno (Abenbuclárix), milân (Abencuzmán, vid. Simonet), ast. milán (Colunga), y la muy difundida, con disimilación de las nasales, San Jorge de Asturias vilán (M. P., Dial. Leon., § 7.3), Cespedosa vilano (RFE XV, 275), que ya se documenta en el S. XVII1, y que luego se ha especializado en la ac. figurada ‘flor del cardo seca que vuela por el aire’, en la cual Covarr. registra milano, y Aut. ambas formas2. Milà es también catalán [Lulio, Muntaner, etc.], y mila(ri) occitano, con el mismo significado, y de la lengua de Oc pasó al fr. milan [1500]; luego es verosímil que el tipo *MզLNUS perteneciera ya al latín vulgar o a una fase muy antigua del romance. Sin embargo, es verdad que existieron otros derivados hispánicos de MILUUS con sufijos diferentes: cat. miloca, de donde el cast. miloca [Acad. 1899 o 1914, nótese la falta de diptongación], val. milopa; cast. milocha, que primero debió significar ‘milano’3 ―comp. vasco guip. mirotz ‘gavilán’― y después tomó el significado de ‘cometa, armazón que se hace volar’4; ast. milatu «milano, ferre, ave de rapiña» (Rato); port. dial. mioto o minhoto (con nasalización mĩoto y luego palatalización de la nasalidad por la i); port. milhafre5 (para la lh, V. abajo melión); y aun, sin sufijo alguno, el vasco miru ‘milano’.

Milano se emplea también como nombre de un pez acantopterigio de 25 cm. de longitud, que da saltos prolongados sobre la superficie del mar [1628, Huerta]6.

En latín la forma más clásica es MզLŬUS trisílabo, y sólo desde fines del S. I d. C. aparece MILVUS7: la reducción de MզLUUS a *MզLUS es normal, del mismo tipo que las sufridas en vulgar por FATUUS, VACUUS, MORTUUS. Para descendientes dialectales de MILUUS, GdDD 4345.

DERIV.

Amilanar [h. 1580, Sta. Teresa; vid. Cuervo, Dicc. I, 428-9; Oudin, y frecuente en autores de princ. S. XVII, DHist.; Hidalgo, 1609, lo da como voz de germanía], explicable por el pánico que causan las aves de rapiña a sus víctimas, comp. azorar, cat. esparverar, etc.; amilanamiento.

Melión [«especie de águila», Nebr.; raro: Acad. 1899 o 1914], tomado del lat. tardío milio, -onis, ‘milano’ (Marcelo Empírico, S. IV), comp. arriba el port. milhafre.

Melva [1789, Medina Conde; Acad. 1925], usual en Málaga para una especie de albacora o bonito pequeño, mêlba según el moro alménense Arbolí (S. XV), pescado de carne viscosa y poco saludable, mélba según el marroquí Selauí (Simonet), val. mèlva ‘especie de bonito o atún’ (anotado en Alcoy; M. Gadea, Tèrra del I, 321), mall. mèlvera, procedentes probablemente de un lat. vg. *MէLVA (¿con la I abreviada ante el grupo de consonantes, como en ŬNDECIM?), derivado de MզLUUS, que en Horacio y en obra atribuída a Ovidio (milvus) se aplica a un pez de lomo negro; milvago en Plinio, millago en S. Isidoro, Etym. XII, vi, 36, como nombre de un pez cuyo vuelo sobre las aguas señala tormenta, superstición que suele vincularse al delfín, pero es fácil pasar de éste a un pez semejante al atún (comp. el dialectal tonina ‘delfín’)8. Miloca, milocha, birlocha, etc. (V. arriba).

1 «Berás los baharíes / acosar la perdiz, y los neblíes, / la garca y el bilano, / ... / oponerse a la presa», Lope, ed. Acad.2 I, 651.―

2 Claro está que no puede venir de VէLLUS ‘vello’ como pretende la Acad., pues el resultado habría sido *vellano.―

3 Milochezno ‘pollo de milano’ en la Hist. de Sta. Orosia de Bartolomé Palau (primera mitad o mediados del S. XVI), nacido cerca de Daroca.―

4 Terr., quien dice que también es vasco; Acad., ya 1817, lo da como propio de «algunas partes»; Torres Fornés como propio de Segorbe. Milotxa en este sentido es valenciano, y en Cataluña miloca se emplea también con este valor. En otras partes se emplea el cast. birlocha, que Aut. y Echegaray (1905) registran como dialectal, y que es alteración de milocha por contaminación de birlo ‘bolo’.―

5 Su variante antigua bulhafre («con patela [especie de ánade] gorda mais me praz / que con bulhafre», R. Lapa, CEsc. 176.17) se deberá a influjo de busnardo ‘especie de halcón’ (procedente del lat. BUTIONE) (ya en una CEsc. de Pero Mendez de Fonseca, R. Lapa, 399.7). Sarm. no registra más que miñoto como gallego (CaG. 91v, 131r, 145r, A19v), pero lo que recogen los diccionarios (ya Vall.) es miñato con el sufijo cambiado por otro dim. (O miñato e mais a pomba cuadro dramático de A. Rdz. Elias, Vigo 1909); por otra parte cita port. minhoto, minhafre y milhão y miniote en Cabo Verde S. XVI.―

6 En catalán milana, que me describen en Sant Pol como pez chato, negro, mayor que la bestina, con una o dos púas en la cola, de herida muy dolorosa. El femenino milana es ‘milano’ en Mallorca (Illes d’Or IX, 4).―

7 La cantidad larga está bien documentada, varias veces en los hexámetros de Ovidio, también en Horacio y Fedro; la lección milvius que daban las ediciones antiguas no cuenta con apoyo en los manuscritos. Vid. Forcellini-Perin y Diez, Wb. 214. M-L., REW 5578, imprime MէLVUS, seguramente por errata, pues la gran mayoría de las formas romances postula զ; de ahí ha pasado este dato falso a los diccionarios etimológicos latinos.―

8 Indicó esta etimología, sin pruebas semánticas, M-L., ZRPh. XLVI, 122; REW 5578. No es posible relacionar con MIELGA, según quiere Simonet, sobre todo a causa del diptongo.