MIEDO, del lat. MĔTUS, -ȢS, íd.

1.ª doc.: orígenes del idioma (Cid, etc.).

De uso general en todas las épocas; sólo conservado en portugués, castellano y gascón occidental: gall.-port. medo, gasc. met, ya documentado en texto medieval de Burdeos, y hoy usual desde el Bearne hasta Barèges (BhZRPh. LXXXV, § 201) y Lourdes1.

DERIV.

Medroso [h. 1280, Gral. Est. I, 290a7; J. Manuel; J. Ruiz]2, de un hispano-lat. *METORĶSUS, de donde viene también el port. ant. medoroso o mederoso3; formado según el modelo del sinónimo lat. vg. *PAVOROSUS, y por analogía de friorento (port.) o friolento (cast.) (derivado de FRIGOR, -ORIS, pero relacionado popularmente con frío), y de *FETOROSUS (> cast. ant. fedroso ‘hediondo’ en Calila), *FETORENTUS (port. ant. fedorento, Padres de Mérida), derivados de FETOR, pero relacionados directamente con FETRE4; medrosía. Formación paralela es el port. ant. y dial. medorento ‘medroso’ (Ctgs. 33.50; Minho, Leite de V., Opúsc. II, 416), de donde amedrentar [h. 1400, Confesión del Amante, 429, 449; 1435, Cortes III, 223; vid. Cuervo, Dicc. I, 418-9] (también amedrantar, documentado en los SS. XVI y XVII y hoy vulgar), port. amed(o)rentar, amedrontar5; amedrento. Propagándose la analogía de estos dos derivados se dijo también desmedrir (Berceo, S. M., 202) o esmedrir (Alex., 2138) ‘amedrentar’, desmedrido ‘acobardado’ (S. Or., 106; S. M., 443; Alex., 1033); esmedrecerse6; cast. pop., arag. y gall. medrana [Borao; Vall.; Acad. 1914, no 1884].

Miedoso [Acad. 1843, no 1817]; Port. medonho, gall. medoñento ‘propenso al miedo’, ‘que causa miedo’ (Vall.; Lugrís; «lugares -entos», «o feixe -ento», «o caráiter -ento dos camiños» Castelao 117.32, 239.20, 121.7). Meticuloso [1524, Palacios Rubios, Aut.], tomado del lat. metĭcŭlosus ‘miedoso’ (popularmente se le da en castellano la ac. ‘cuidadoso, esmerado’, no admitida por la Acad.), meticulosidad.

1 Bouts dera Mountanho VII, 39. Ajeno a las hablas orientales: Valle de Arán, Luchon, etc., donde reina PAVOR, como en catalán y languedociano. Por influjo de éste, met es femenino en Barèges, Lourdes, etc. El REW cita además un piam. mei.―

2 Además de la ac. ‘miedoso’, que ya aparece en los primeros ejs., fué antigua la de ‘pavoroso, que pone miedo’, documentada también en J. Manuel y en el Rim. de Palacio (1205); en Sem Tob («nin ay tan fuerte cosa / commo es la verdad, / nin otra mas medrosa / que la deslealtad» (331c) quizá se trata más bien de la moderna.―

3 «Se message contou mederosament» (Ctgs. 195.157), «atendendo seu mederoso juico», h. 1400, Padres de Mérida, RLR XXVII, 50. Nótese que el metro de las Ctgs. asegura la realidad de la vocal entre la d y r de mederoso y medorento.―

4 No creo que el modelo sea temeroso, como sugiere Leite, Philol. Mirand. II, 157, pues es formación de sabor más culto y es exclusivamente iberorromance; sin embargo, pudo ayudar. También contribuirían *PINGUOROSUS > pringoso, *MUCORENTUS > mugriento y otros. Extendiéndose la analogía se dijo también sedorento ‘sediento’, que figura asimismo en dicho texto portugués, sederento en Alex., 1133. No hay motivo para postular un lat. vg. *METOR ‘miedo’, como quisiera G. de Diego, Contrib., § 403, pues tal vocablo no ha dejado descendencia romance y no es formación verosímil. Trató también de medroso Malkiel, Language XXII, 305. Tampoco creo que se pueda suponer una declinación vulgar *METUS, -֊RIS (tal como se creó FUNDUS, -֊RIS, de donde el galorromance esfondrar, effondrer).―

5 Trata de él J. M. Piel, Biblos XX, 123-4.―

6 «Sy... la virtud non le valliese fecho·l oviera el roido enloquecer; mucho se esmedreció por el roydo...», trad. leonesa del Purgatorio de S. Patricio, S. XIII, Homen. a M. P. II, 227.