MERODEAR, derivado del anticuado merode ‘merodeo’, y éste tomado del fr. dial. méraude, fr. maraude íd., derivado de marauder ‘merodear’, y éste a su vez de maraud ‘sujeto despreciable’, de origen incierto.
1.ª doc.: Terr.
El origen del fr. maraud ha sido muy controvertido, V. el detalle de las varias hipótesis, casi todas de escaso fundamento, en Gamillscheg, que piensa en un derivado del fr. ant. mar o mare ‘noramala’, ‘desgraciadamente’ (contracción muy conocida de MALA HORA), con el paso tan frecuente de la idea de ‘desgraciado, miserable’ a ‘bribón’, y la de Sainéan (BhZRPh. I, 72-73, 84, 60, 67; Sources Indig. I, 58-59, 214-6; II, 364), aceptada provisionalmente por Bloch, quienes suponen que maraud significara propiamente ‘gato macho’, significado que conserva en los dialectos del Centro de Francia (Cher, Indre, Creuse), y desde el cual, por comparación con el gato en celo que anda de noche en busca de gata, o que merodea al acecho de conejos y liebres, se habría pasado a designar el soldado que merodea; de hecho, formas muy semejantes a maraud designan en hablas francesas el gato macho, marou en Valonia, Picardía y Lorena, marcau en Valonia, marlou en Lorena y Valonia (en algunas partes ‘corrido, calavera’, en argot parisién ‘rufián’), marcou en francés antiguo, matou en el francés común: se trata del radical hipocoristíco ma(r), que ha dado en muchas partes el nombre acariciativo del gato, p. ej. cat. marruixa, y con significado derivado de éste el cast. marrullero. Sin embargo, contra esta explicación cabe alegar que en la copiosa y multisecular documentación del fr. maraud (God. X, 121a; V, 161b) nada hace referencia al gato, y que el sentido de ‘merodeo’ se desarrolla secundariamente y en fecha muy tardía (fin del S. XVII) partiendo de la idea general de ‘bellaquería’ o ‘memez’, que no hace referencia a las cualidades típicas de este animal2; el empleo del vocablo no evoca, como esperaríamos entonces, matices como los de ‘astucia’ o ‘hipocresía’, sino que es despectivo en términos absolutos, sin ningún reconocimiento de habilidad peligrosa por parte de la persona así llamada: «desnuee comme ung marault» (Villon), «que vous ne laissiez point perdre ces vieux termes, et que vous les défendiez contre des marauds qui ne tiennent pour élégant que ce qui est écorché du latin et de l’italien» (Aubigné), «comme avec irrévérence parle des dieux ce maraud!» (Molière). Estas razones hablan más bien en favor de la idea de Gamillscheg.
Carece de fundamento semántico el identificar a maraud con los nombres de persona germánicos MARALD o MARULF, como quieren Marchot (ZRPh. XVIII, 432), Schultz-Gora (ASNSL CXL, 322; CLV, 121) y M-L. (REW3, 5344a), pues el caso de guinaud ‘tonto’, ‘bribón’, ‘astuto’, de WINALD, se explica por la epopeya animal relativa al Renard o zorro (cat. guineu ‘zorra’), y además WINALD es nombre frecuente y MARALD, al menos en Francia, está poco documentado; en cuanto a la variante maroufle «maraud», empleada por Molière, no prueba nada en favor de MARULF, pues -oufle es otro sufijo popular despectivo, que lo mismo habría podido servir para formar un derivado de mare ‘noramala’, que otro nombre del gato.
DERIV.
Merode (V. arriba). Merodeo. Merodista.
1 El sinónimo marpaut que aparece una vez a fines del XII, y después, con frecuencia, en los SS. XV-XVII, es probable que se deba a un cruce de maraud con otro vocablo (¿quizá coupaud ‘cornudo’?).― ↩
2 Spitzer, RF LXII, 417-23, se declara por la etimología a base del nombre hipocorístico del gato; V. también MLN LXXII, 1957, 582. ↩