MERODEAR, derivado del anticuado merode ‘merodeo’, y éste tomado del fr. dial. méraude, fr. maraude íd., derivado de marauder ‘merodear’, y éste a su vez de maraud ‘sujeto despreciable’, de origen incierto.

1.ª doc.: Terr.

Donde leemos: «merode, en la milicia, robo que hace el soldado en una casa de campo, etc., donde no hay tropa propia, y con peligro de que le hagan prisionero», «merodear, hacer esta especie de hurto». La Acad. ya en 1817 da el masculino merode como sinónimo de pillaje y merodear «apartarse los soldados del cuerpo o tropa a reconocer en las caserías y campo lo que pueden recoger o robar»; en ediciones posteriores (ya 1884) se da merode como anticuado. El fr. marauder con el mismo significado militar no aparece hasta 1701, pero su derivado postverbal se registra algo antes, en 1679. Es evidente que ambos son derivados, con significado traslaticio, del fr. med. y clásico maraud, término empleado como injuria, en el sentido de ‘persona despreciable’: «nom donné par mépris à quelqu’un pour faire sentir qu’il ne mérite aucune considération» (DGén.). Maraud es de uso frecuente desde el S. XV (figura en obra atribuída a Villon), pero debe de ser anterior por lo menos a 1350, pues maraudise está ya en un fabliau, género que pertenece sobre todo al S. XIII1. Esto descarta completamente la divulgada derivación de merodear del nombre de un supuesto Conde de Mérode, jefe de un regimiento en la guerra de los Treinta Años, aunque es probable que fuese en el curso de esta guerra cuando los franceses formaron de maraud el derivado marauder y lo trasmitieron a los alemanes, españoles y otros pueblos europeos. Tampoco hay que pensar, siendo palabra de origen francés, en el ár. marâd citado por la Acad., el cual, por lo demás, no significa «lugar donde se puede hacer todo lo que se quiera», sino ‘lugar donde pacen los camellos’ (de r-w-d ‘buscar pasto o forraje’). El cast. merode procede de una variante dialectal fr. méraude, que pertenece a un tipo fonético común, por la vacilación frecuente entre ar y er, propia sobre todo del francés medio; en la Vendée méraude es ‘mujer de mala vida que tiene hijos’.

El origen del fr. maraud ha sido muy controvertido, V. el detalle de las varias hipótesis, casi todas de escaso fundamento, en Gamillscheg, que piensa en un derivado del fr. ant. mar o mare ‘noramala’, ‘desgraciadamente’ (contracción muy conocida de MALA HORA), con el paso tan frecuente de la idea de ‘desgraciado, miserable’ a ‘bribón’, y la de Sainéan (BhZRPh. I, 72-73, 84, 60, 67; Sources Indig. I, 58-59, 214-6; II, 364), aceptada provisionalmente por Bloch, quienes suponen que maraud significara propiamente ‘gato macho’, significado que conserva en los dialectos del Centro de Francia (Cher, Indre, Creuse), y desde el cual, por comparación con el gato en celo que anda de noche en busca de gata, o que merodea al acecho de conejos y liebres, se habría pasado a designar el soldado que merodea; de hecho, formas muy semejantes a maraud designan en hablas francesas el gato macho, marou en Valonia, Picardía y Lorena, marcau en Valonia, marlou en Lorena y Valonia (en algunas partes ‘corrido, calavera’, en argot parisién ‘rufián’), marcou en francés antiguo, matou en el francés común: se trata del radical hipocoristíco ma(r), que ha dado en muchas partes el nombre acariciativo del gato, p. ej. cat. marruixa, y con significado derivado de éste el cast. marrullero. Sin embargo, contra esta explicación cabe alegar que en la copiosa y multisecular documentación del fr. maraud (God. X, 121a; V, 161b) nada hace referencia al gato, y que el sentido de ‘merodeo’ se desarrolla secundariamente y en fecha muy tardía (fin del S. XVII) partiendo de la idea general de ‘bellaquería’ o ‘memez’, que no hace referencia a las cualidades típicas de este animal2; el empleo del vocablo no evoca, como esperaríamos entonces, matices como los de ‘astucia’ o ‘hipocresía’, sino que es despectivo en términos absolutos, sin ningún reconocimiento de habilidad peligrosa por parte de la persona así llamada: «desnuee comme ung marault» (Villon), «que vous ne laissiez point perdre ces vieux termes, et que vous les défendiez contre des marauds qui ne tiennent pour élégant que ce qui est écorché du latin et de l’italien» (Aubigné), «comme avec irrévérence parle des dieux ce maraud!» (Molière). Estas razones hablan más bien en favor de la idea de Gamillscheg.

Carece de fundamento semántico el identificar a maraud con los nombres de persona germánicos MARALD o MARULF, como quieren Marchot (ZRPh. XVIII, 432), Schultz-Gora (ASNSL CXL, 322; CLV, 121) y M-L. (REW3, 5344a), pues el caso de guinaud ‘tonto’, ‘bribón’, ‘astuto’, de WINALD, se explica por la epopeya animal relativa al Renard o zorro (cat. guineu ‘zorra’), y además WINALD es nombre frecuente y MARALD, al menos en Francia, está poco documentado; en cuanto a la variante maroufle «maraud», empleada por Molière, no prueba nada en favor de MARULF, pues -oufle es otro sufijo popular despectivo, que lo mismo habría podido servir para formar un derivado de mare ‘noramala’, que otro nombre del gato.

DERIV.

Merode (V. arriba). Merodeo. Merodista.

1 El sinónimo marpaut que aparece una vez a fines del XII, y después, con frecuencia, en los SS. XV-XVII, es probable que se deba a un cruce de maraud con otro vocablo (¿quizá coupaud ‘cornudo’?).―

2 Spitzer, RF LXII, 417-23, se declara por la etimología a base del nombre hipocorístico del gato; V. también MLN LXXII, 1957, 582.