MELDAR, ‘estudiar’, ‘enseñar’, ‘leer hebreo’, judesp., del lat. tardío MELETARE y éste del gr. μελετĘν ‘ejercitarse’, ‘recitar, declamar’, derivado de μελέτƓ ‘cuidado, solicitud’, ‘práctica, ejercicio’.

1.ª doc.: primera mitad del S. XV.

Pertenecen a esta época un Ordenamiento de Castilla de 1432, donde el vocablo significa ‘enseñar’, aplicado a hebreos, y la Danza de la Muerte (quizá de principios del siglo), donde puede significar lo mismo o bien ‘leer los textos sagrados de los judíos’: «Venit vos rrabí, acá meldaredes», dice la Muerte (v. 568); igual sentido en el Pentateuco de Constantinopla de 1547, y en 1488 meldar en la ley se define «legere in Biblia et in Talmud». Más documentación en español y en judeorromance, V. en Blondheim, Rom. XLIX, 371-5. Según el Seder P. Abot de Salónica, a. 1893, define Gaspar Remiro ‘leer’, ‘aprender’ y ‘enseñar’ (BRAE II, 296). La ac. ‘orar’ dada por otros no parece tener fundamento. El vocablo existe en los demás romances, igualmente como término de los judíos: port. meldar, cat. ant. meldar ‘enseñar’, ‘estudiar’, ‘meditar’, fr. melder, miauder (S. XIII?) ‘enseñar’, prov. maudà, mou(g) ‘estudiar’, ‘leer’, it. meltare ‘enseñar’, ‘estudiar’, ‘leer hebreo’; además judeogriego μελετιó ‘estudio de la ley’ y logud. meletare «meditare», «inventare» (M. L. Wagner, Byz.-Ngr. Jahrbücher VIII, 206). Probó acertadamente esta etimología Blondheim, l. c. (aprobada por Spitzer, RFE XIV, 250): que meletare se empleaba en el latín tardío lo prueban los derivados commeletare, promeletare, praemeletare y meletatio, y además el gramático Diomedes (S. IV) nos informa categóricamente de que meletare se decía en un sentido como ‘aprender un texto recitándolo en voz alta’ (discere cum voce, ThLL VIII, 574.58); ya en griego clásico tenía μελετĘν el sentido de ‘declamar’, ‘hacer ejercicios de declamación’, en el griego bíblico es ‘meditar’, y hoy se emplea en el griego de Calabria y de Apulia precisamente en el sentido de ‘leer’ (Rohlfs, EWUG, n.° 1346). Teniendo en cuenta que el sardo meledare es «raggirare, ruminare», «ritrattarsi, cambiar di sentimento» (Spano), y el langued. maudà es «temporiser», hay motivo para sospechar que el cat. mod. maldar ‘hacer esfuerzos penosos’ proceda también del vocablo judeocatalán; en los epitalamios judeocatalanes del S. XIV interpretados por Riera i Sans1 se lee en el canto II 14: «Tot jorn maltarets que hajau bé / e de arets no digau re, / car de arets s’aprén nul bé, / i qui recull de mica en mica, abundarà». Aret es el oc. ant. eret «héritage» (y «propriété, immeuble»). El sentido es ya claramente ‘esforzarse’. Interpreto en forma algo diferente de Riera y enmiendo diagiu en digau. Por otra parte ahí tenemos todavía el grupo lt etimológico. Comp. judesp. de Bosnia maldar ‘meldar’, Módena, Ferrara, Verona, Gorizia, Trieste maldare íd., Niza maudà «étudier, lire» (que derive de MALUS, como admitieron Spitzer y M-L., REW 5273, es improbable por razones morfológicas).

Otras etimologías de meldar propuestas anteriormente, y en gran parte inverosímiles, deben ahora desecharse: además de MEDITARI2 (que fuera del castellano presentaría graves obstáculos fonéticos) o del alem. melden ‘anunciar’, se había pensado en el lat. melodus ‘melodioso’ (Cheskis, RRQ IX, 111-2), y en el hebr. lamad ‘enseñar’ (así Gaspar Remiro y Spitzer, RFE VIII, 288-90), sea con metátesis de las consonantes o por medio de un sustantivo derivado meldad.

1 Jaume Riera i Sans, Cants de Noces dels Jueus Catalans, Barcelona 1974.―

2 Por lo demás el lat. meditari, aunque no procedente del gr. μελετĘν, había sufrido el decisivo influjo semántico de la voz griega (de la cual era sentido como evolución fonética del tipo odor ~ olor), cf. Benveniste, Voc. Inst. Ieur. II, 125.