MAÑANA, del lat. vg. *MANEଵNA, abreviación de HORଵ *MANEଵNଵ ‘en hora temprana’, derivado del lat. MANE ‘por la mañana’.
1.ª doc.: Cid.
Con su otro significado de ‘en el día siguiente al de hoy’ mañana es ajeno todavía al S. XIII, y poco frecuente en el resto de la Edad Media, en que todavía se empleaba CRAS; pero pronto se hizo muy usual la combinación cras mañana (Cid, 3050; Mil., 484; Fn. Gonz.,. 480; cras a la m., frecuente en el Cid) en el sentido de ‘mañana por la mañana’, y abreviándola se tendió a decir adverbialmente mañana, que acabó por hacerse equivalente de cras: así ya en el Poema de Alf. XI, especialmente en las combinaciones mañana en aquel día (219d), de mañana aquel día (1438d) y en el día de la mañana (versión del Roman de Troie por Alfonso XI, RFE III, 146), finalmente mañana a secas (APal. 97b; Nebr.), pero todavía en portugués se dice a-manhã, con prep., en el empleo adverbial (gall. mañán sin prep.)3; evolución paralela en el cat. demà, oc. deman, fr. demain, it. domani DE MANE. Ac. secundaria ‘oriente’ en la Arg.: «para el lado de la mañana estaba el mar» (Guiraldes, D. S. Sombra, ed. Espasa, p. 159; ej. del it. mane en el mismo sentido, Diez, Wb., 202).
DERIV.
Mañanear [«m., levantar mañana: manico», Nebr.]. Mañanero. Mañanica, -ita, en Asturias -ina (Vigón). Trasmañana antic. ‘pasado mañana’ (Nebr.); trasmañanar.
Amanecer [Cid], del lat. vg. hispánico *ADMANESCĔRE, derivado de MANE ‘por la mañana’: MANESCERE se halla ya en autor español del S. VII (Cuervo, Dicc. I, 402-5); del mismo origen, sólo port. amanhecer (influído por manhã4); amanecer m.; ast. amanecerín ‘el momento en que amanece’ (V); amanecida; amaneciente. Maitines [matines, Cid; íd. y matinas, Berceo; maitines o matines, en Rodríguez de Almela, S. XV, ms. de la 1.ª mitad del XVI, vid. M. P., Cid, 752], tomado del cat. occid. maitines (cat. matines), más que de oc. matinas, mait- íd., derivados femeninos de matí ‘mañana’, procedente del lat. (TEMPUS) MATUTզNUM, de la misma raíz que MANE (contraído vulgarmente en MATTINU, y por ultracorrección *MACTINU> maití); esporádicamente se empleó en castellano antiguo matino ‘mañana’ (M. P., Cid, s. v.); modernamente se ha dicho matinal por galicismo; matutino es duplicado culto [Pz. de Guzmán (C. C. Smith, BHisp. LXI); Lope], matutinal.
1 Un arcaico maña se halla varias veces en la 1.ª Crón. Gral., por lo común como adverbio («otro día manna quando ellos viron las tiendas» 303a6, «otro día manna un cavallero savariego de la villa subió en el andamio» 510a42, donde los mss. F y O traen mañana), pero también como sustantivo («duró aquella batalla desde la manna fasta la noche» 303a4). Esto indica que el adjetivo *MANEANUS fué precedido, como ya era de suponer, de otro adjetivo más breve *MANEUS, -A.― ↩
2 Cat. ant. man lo recuerdo sólo como adverbio: «lo senescal man se levà», Set Savis, v. 1603.― ↩
3 Y ocasionalmente sustantivado, tal como el cast. el mañana, cat. el demà, it. il domani, etc.: «un menino que non traía consigo a comida do mañán», Castelao 211.4f.― ↩
4 No puede considerarse existente un cat. amanèixer, sólo empleado por algún valenciano castellanizante. Se ha hablado de calco semántico del árabe en la construcción del tipo amaneció (o anocheció) a fulano en tal lugar o en tal forma, lo cual no es necesario, pues es construcción común a todos los romances y a otros idiomas (comp. la polémica Spitzer-A. Castro en NRFH III, 124 y 151, a propósito del libro del último, España en su Historia), pero sí hay arabismo indudable en la construcción con sujeto personal fulano amaneció, etc.: la traición amaneció despierta e la lealtad adormida (Calila, Rivad. 18b), las yerbas floridas que amanescen verdes e anochescen secas (Buenos Proverbios, ed. Knust, 42), anocheció sano y amaneció muerto, anocheció en Bilbao y amaneció en Madrid, pues ésta es construcción exclusiva del castellano y el portugués dentro del romance, sin analogías en el sistema sintáctico romance, mientras que el ár. ȐáɊbaɅ «faire jour», «être au matin», «devenir tel ou tel au matin», forma parte de una larga serie de construcciones personales del mismo tipo, propias del árabe. El punto de vista que defiendo sobre este asunto coincide del todo con el que expuso detenidamente Alf Lombard en un excelente artículo de la ZRPh. LVI, 637-42. ↩