MAZAPÁN, voz común a todos los romances de Occidente (it. marzapane, etc.), que además del significado actual designó una cajita de madera, empleada como estuche y también para exportar mazapán; es verosímil que sea éste el significado originario, pero la etimología es incierta.
1.ª doc.: 1373, invent. arag., como nombre de una cajita; 1525, R. de Nola, p. 103, como nombre de un dulce.
Se refiere Kluyver a un documento de 1202 relativo a la ciudad siria de Bathrûn, entonces dominada por un señor pisano, en el cual éste permite a sus paisanos el comercio libre con el interior, sin otra condición que la entrega de un marzapanus por cada barco. Es difícil juzgar el valor de este testimonio aislado, que Kluyver sólo conoce por el resumen del mismo en un tratado moderno, y es difícil asegurar si está en lo cierto al creer que esto es el nombre de una moneda (y no el de una caja de mercancías); y más debemos guardarnos de asegurar que atine al adivinar, por la analogía de otros casos, que este marzapanus era igual a la décima parte de la unidad monetaria básica, y que por lo tanto deba entenderse la disposición del pisano como equivalente a la exigencia de un 10 por 100 del valor de la mercadería. Desde luego es insuficiente este pasaje para dar por sentada la existencia de una moneda llamada marzapanus, que sería idéntica a la moneda matapan empleada por los venecianos en sus relaciones con Oriente en el S. XII, la cual, en efecto, parece equivaler a 1/10 de lira. En cuanto a matapan, sería palabra de origen arábigo, procedente de maȬȶabân ‘rey que permanece inmóvil, sin emprender expediciones militares’; este nombre procedería del ár. merid. (yemení), no del árabe normal (donde tendría otro sentido), y allí se explica como derivado del verbo wáȶaba ‘estar sentado’; tal denominación se aplicaría a la moneda, porque en ella se representaba a Jesucristo sentado en su trono. Este origen de matapan no es inconcebible, aunque nos obliga a aceptar una serie de hipótesis, pero desde luego no puede considerarse demostrado3; la desaparición de la Ȭ causaría también dificultades. Lo que en todo caso no se puede dar como probado, mientras no se confirme que marzapane fué nombre de una moneda, es que de allí venga el mazapán romance4; al contrario, hay que calificar esta hipótesis de audaz en demasía.
Sea como quiera, queda un punto importante que se deberá averiguar, y que nadie tiene en cuenta. Simonet indicó que en el cordobés Abencuzmán (med. S. XII) aparece maȟšabân como nombre del dulce, en un verso que significa «¡cuán grato es el delicado mazapán!»5. Ahora bien, esta forma maȟšabân podría ser muy importante para la etimología, pues al parecer deriva de ȟášab ‘madera’ y del verbo ȟáš(š)ab ‘enmaderar’, ‘cubrir de madera’, ‘desbastar’, voces comunes al árabe de todas las épocas y regiones, y vivas en el de España (PAlc.); aunque no sé que pueda documentarse en parte alguna un sustantivo derivado maȟšabân ‘cajita de madera’, su formación se justificaría según los hábitos formativos de las lenguas semíticas y nos daría una etimología perfectamente aceptable: aun la r de marzapane se explicaría entonces como continuación del ȟ (>f), y el paso de š a z y el de b a p se deberían a la etimología popular naturalísima ‘masa de pan’ (como etimología verdadera no es admisible, entre otras razones, porque el mazapán no contiene pan, sino almendras y azúcar). Por más que la existencia misma de maȟšabân en el texto del poeta cordobés sea de lo más incierto. La lectura que ahora acepta D. Emilio García Gómez en este pasaje (III 362) nada tiene en común con la de Simonet6.
1 Hoy se emplea todavía en Castellón de la Plana: Guinot, Escenes Castellon., 74.― ↩
2 Z. f. dt. Wortforschung VI, 59-68. Es síntesis, hecha por el autor, de sus trabajos en neerlandés publicados en Verslagen en Mededeelingen der koninklijke Academie van Wetenschappen, Afd. Letterkunde, 4.ª serie, tomos II y VI, Amsterdam, 1897 y 1904.― ↩
3 Lo único averiguado parece ser que esta moneda es de origen bizantino, pero no hay fundamentos firmes que obliguen a buscar un origen arábigo. Antes debieran agotarse mejor las posibilidades griegas. Se me ocurre que podría venir de μετĮ ∏αντοκράτορος ‘con el Omnipotente’, puesto que en él estaba representado el Señor, o de una forma abreviada μετĮ ∏αντóς. Claro que no es más que una conjetura, pero no más arriesgada que la de Kluyver, desde luego.― ↩
4 Gamillscheg. EWFS, s. v., basándose al parecer en Littmann, dice que el nombre de moneda viene del árabe-persa marzubân ‘sátrapa’. En cuanto al ár. marƫabân ‘vasija vidriada’, que sería el punto de partida de mazapán ‘cajita’, ni es palabra conocida ni se deduce del sentido de la raíz r-ƫ-b. La etimología de Kluyver la han aceptado sin crítica M-L. (REW 5440), Kluge (que además cita un trabajo posterior de Fincke, fuera de mi alcance), Wartburg (en el nuevo Bloch) y otros.― ↩
5 El sentido del verso citado sería éste, en efecto, o si se quiere, más literalmente, «¡bravo por el maȟšabân fino!». Nunca he podido cotejarlo con el conjunto de la poesía.― ↩
6 Por desgracia me veo obligado a aplazar un nuevo estudio en conjunto de todo el problema. ↩