MATE m., ‘calabaza vaciada que se emplea para varios usos domésticos, y en particular para tomar hierba mate’ rioplat., chil., per., ecuat., y de ahí ‘infusión de hierba del Paraguay tomada a modo de té’: del quichua máti ‘calabacita’.

1.ª doc.: 1570, Lope de Atienza (con referencia al Norte peruano).

Lenz, Dicc., 483-4; Friederici, Am. Wb., 401-2; Tiscornia, M. Fierro coment., s. v.; Lizondo, 225-7. Mate como nombre de la hierba no se halla hasta 1740, en los viajeros Juan y Ulloa, y en; te sentido sigue siendo voz ajena al uso americano, que da tal valor a la palabra hierba (distinguiéndola en esta ac. con la grafía yerba) o a lo sumo yerba mate. Es usual allí, en cambio, como nombre de la infusión, en frases como tomar1, servirse, ofrecer, cebar un mate y otras (¿quiere un matecito?); sigue, empero, conservando el sentido etimológico2, y toma además la ac. jergal ‘cabeza’ (lo mismo que calabaza en España)3. El área de mate ‘plato, taza o vaso de calabaza’ se extiende por el Norte hasta Neira (entre Bogotá y Popayán), pero no ya a la capital colombiana (Cuervo, Ap., § 979).

DERIV.

Matear ‘tomar mate’ rioplat. (Carrizo, Canc. de Tucumán, glos.; y en todas partes). Matero rioplat. (fulano es muy matero).

1 «El tomar mate es una costumbre gauchesca colonial», en el uruguayo F. Silva Valdés, La Prensa, 24-XI-1940.―

2 «Cucharas para revolver el mosto y extraer los residuos, una es de cobre y la otra de mate», diario Los Andes, Mendoza, 31-VII-1940. En Las Ventanas (costa de Aconcagua, Chile) es el nombre del achicador para sacar agua de un bote, etc.―

3 «Todo pongo a tu mandado, / con la persona y la vida, / sólo al mate lo reservo / porque esa prenda no es mía», O. di Lullo, Canc. Pop. de Santiago del Estero, p. 342.