MANATÍ, ‘pejemuller, mamífero sirenio’, voz indígena antillana, probablemente del caribe.

1.ª doc.: 1535, Fz. de Oviedo; y en el latín de P. M. de Angleria ya en 1515.

El P. Las Casas dice, con referencia a los mares de Haití, que es voz de los indios, pero no precisa categóricamente que sea palabra de esta isla; así lo dice el P. Cobo (1653), pero es testimonio demasiado tardío. Friederici (Am. Wb., 377-9) y De Goeje (Journ. de la Soc. des Amér. XXXI, 14 y 59) lo admiten a la vez como voz arauaca y caribe; Cuervo (Ap., § 971) dice es de Haití, Hz. Ureña (Indig., 106) que es caribe. La terminación puede corresponder a este último idioma (canarí, caricurí, colibrí), pero no excluye el arauaco (al cual parecen pertenecientes ají, maní). Hoy el vocablo vive en el tupí del Norte brasileño, en varias hablas del Caribe isleño, y vivió en su afín el cumanagoto; en estas lenguas significa además ‘teta’ (que pudo ser el significado primitivo) y voces de la misma raíz designan la ballena y el delfín.

Para manatí en el sentido de ‘bastón o látigo formado con la piel de este animal’, Ca., 182.