MANATÍ, ‘pejemuller, mamífero sirenio’, voz indígena antillana, probablemente del caribe.
El P. Las Casas dice, con referencia a los mares de Haití, que es voz de los indios, pero no precisa categóricamente que sea palabra de esta isla; así lo dice el P. Cobo (1653), pero es testimonio demasiado tardío. Friederici (
Am.
Wb., 377-9) y De Goeje (
Journ.
de la Soc.
des Amér. XXXI, 14 y 59) lo admiten a la vez como voz arauaca y caribe; Cuervo (
Ap., § 971) dice es de Haití, Hz. Ureña (
Indig., 106) que es caribe. La terminación puede corresponder a este último idioma (
canarí,
caricurí,
colibrí), pero no excluye el arauaco (al cual parecen pertenecientes
ají,
maní). Hoy el vocablo vive en el tupí del Norte brasileño, en varias hablas del Caribe isleño, y vivió en su afín el cumanagoto; en estas lenguas significa además ‘teta’ (que pudo ser el significado primitivo) y voces de la misma raíz designan la ballena y el delfín.
Para manatí en el sentido de ‘bastón o látigo formado con la piel de este animal’, Ca., 182.