MALVA, del lat. MALVA íd.

1.ª doc.: J. Ruiz; quizá ya en doc. de 1098 (Oelschl.), donde figura en calidad de nombre propio.

También aparece málba en el anónimo botánico sevillano de h. 1100 (Asín, 161-3); éste registra además málba arȮâƫo1 ‘malva loca’, con la explicación «significa malva tonta, porque es grande y de espeso follaje»; V. el texto para otras variedades. Malva loca según Nebr. se traduce en latín por «malope». El tratamiento fonético de MALVA (como el de albo, alto, etc.) es más conservador que el normal (de topo, otro, etc.), probablemente por cierta influencia de las clases más instruídas (en nuestro caso los médicos y herbolarios); sin embargo, no puede calificarse de voz semiculta; es palabra de uso general, y común a todos los romances de Occidente.

DERIV.

Malváceo. Malvar [Nebr.]. Malaquita, derivado culto del gr. μαλάχƓ ‘malva’ (voz hermana del lat. malva), por una semejanza de colores.

CPT.

Malvarrosa. Malvavisco [APal. 15b; Nebr.], compuesto con el lat. HէBզSCUM ‘malvavisco’; en algunas partes sufrió disimilación, de donde el port. malvaisco [1318, RL XIII, 341], los vulgares cast. malvarisco (Bilbao ―Amaga, Lex. Bilb.―, Cespedosa, RFE XV, 154; y ya en APal. 143d, 261d) y malvisco (en Bogotá, y ya en los dicc. de Vittori y de Oudin: Cuervo, Ap., § 814), el cat. malví, etc.

1 Léase m. aȮƫa: los signos hispanoárabes de -o y -a son casi iguales.