MALSÍN, ‘delator’, ‘cizañero’, del hebreo malšín ‘denunciador’, derivado de lašón ‘lengua’, ‘lenguaje’.

1.ª doc.: «malsin: delator», Nebr.

Está también en el Guzmán de Alfarache: «y lo peor es que hurta como si se lo mandasen; y debe de ser así, pues el guarda, el malsín, el cuadrillero, el alguacil, todos lo veen y hacen la vista gorda» (Cl. C. I, 146.3); y en muchos textos clásicos (vid. Aut.); Cej. IX, § 201. Eran los judíos que vivían de denunciar a correligionarios suyos (sobre todo en materia fiscal); la autoridad cristiana se prestaba a perseguirlos a instancia de las aljamas, pero exigiendo para ello fuertes sumas (BABL VI, 207-216). Hoy en judeoespañol sigue vivo malšín en el sentido de ‘calumniador’ (M. L. Wagner, Judenspan. von Konstantinopel, § 176), malsín entre los judíos de Marruecos (BRAE XIII, 537). Es el participio factitivo del verbo lašan, a su vez derivado de lašón ‘lengua’. A la alteración de š en s contribuiría, por lo menos, una etimología popular española: malsinar parecía compuesto de mal y signar, como todavía suponía Diez. M-L., REW 5269, recoge ya la buena etimología, citando un trabajo de Lagarde. En Aragón se documenta desde 1307, y muchas veces en el resto de este siglo: malsim (bis) 1307, cat. malxins (refer. a Aragón) 1379, malsins, pl., 1390. También port. malsim. Este préstamo del hebreo, fenómeno tan raro en castellano, se explica por las frecuentes denuncias de que eran objeto los judaizantes antes de su expulsión definitiva de España.

DERIV.

Malsinar ‘acusar’ [h. 1530, Fr. A. de Guevara, Fcha., quien también cita ejs. de malsín; «ser malicioso mofador, malsinar a los de casa», 1554, Lazarillo, M. P., Antol. de Pros., V. nota]. Malsindad ant. y hoy judeoesp. (BRAE V, 352, con la variante plural hebrea malsinoth en la Biblia de Constantinopla). Malsinería.