MAGUER, ant., ‘aunque’, ‘a pesar’, del gr. μακάριε ‘feliz, bienaventurado’, vocativo de μακάριος, adjetivo de este significado; maguer significó primitivamente ‘ojalá’, ac. que todavía conserva en algún texto arcaico y en el it. magari, y de ahí pasó a tomar valor concesivo, por una especie de cortesía demostrada al interlocutor afectando desear que suceda lo que él nos objeta.

1.ª doc.: macare ke siegat [= maguer que sea], traduciendo el lat. quamvis, en las Glosas de Silos, n.º 281, 2.ª mitad del S. X; maguer, Cid, etc.

Es voz frecuentísima en la Edad Media, especialmente hasta el S. XIV. No hay por qué repetir los muchos ejs. que pueden hallarse en M. P., Cid, 739, en los glosarios del tomo 57 de la Rivad., en Oelschl., BKKR, etc.1. J. Vallejo, Homen. a M. P. II, 68-71, estudió la progresiva decadencia del vocablo, debida al carácter plebeyo que fué tomando a fines de la Edad Media: el primero en evitarlo fué D. Juan Manuel, que con su fina sensibilidad aristocrática, introduce el neológico como quiera que: todavía es frecuente maguer en Villasandino, pero Santillana ya casi sólo lo emplea por necesidad métrica y nunca en prosa, y por esta época lo evita ya el común de la gente2; después sigue hallándose en los poetas, pero en el S. XVI se había enrarecido hasta el punto de que Juan de Valdés apenas lo recuerda, si bien no se muestra tan severo con su variante maguera: «maguera, por aunque, poco a poco ha perdido su reputación; en el Cancionero General lo hallo usado de muchos en coplas de autoridad, como en aquella: maguer que grave te sea...» (Diál. de la L., 112.20); y en tiempo de Lope la condenación había trascendido hasta el nivel popular y femenino3. La variante maguera es también antigua, pues ya aparece alguna vez en Berceo (S. Or., 138) y en otros autores de los SS. XIII y XIV (J. Ruiz, 749d: Tratado de la Doctrina, 137; Rim. de Palacio, 889, 912), y después conserva mayor vitalidad que la otra variante, en textos de los SS. XV y XVI, y aun en el habla rústica de la mujer de Sancho Panza: es la única forma que registra Nebr. y la que mejor recuerda Valdés. Pero pronto tendió a especializarse en frases concesivas incompletas, como maguera bobo, maguera niño, maguera muy mansito, y en ellas tomó por razones rítmicas la acentuación secundaria máguera, que nos atestigua como aldeana el Maestro Correas (1623)4. Como observa Vallejo, difícilmente puede explicarse esta variante como las vulgares asina, allina, aquina, que sólo afectan a adverbios y el empleo adverbial de maguera es raro (Alex., 2006; Apol., 380); pero tampoco creo que haya aglutinación en frases como maguer avino, que no son muy frecuentes: a mi entender maguera nació de confusión con el verbo ser en el uso muy frecuente del tipo maguer era niño (óvolo de vencer) > maguera niño5. Para el ast. magar ‘cuando, desde que’ y su explicación sintáctica, V. el trabajo de Vallejo. Esta variante magar se halla en textos leoneses desde antiguo (Fuero de León, Fuero Juzgo, Alex., 73; doc. de 1243, Staaff 77.23) y en la 1.ª Crón. Gral., 647b26, 662a37 (pero maguer 180a7, 393a4, 645b49); macar en gallego antiguo, en un fragmento de traducción de las Partidas (RL XIV, 71) y R. Lapa, CEsc. 19.3, 23.9, 26.44; mákkar ‘por lo menos’ y ‘aunque’ en mozárabe (PAlc.): ambas se explican teniendo en cuenta la etimología.

La grafía magüer, que aparece primeramente en 1705 y es admitida por la Acad. desde 1780 hasta fines del S. XIX, es disparate que no tuvo nunca existencia en el lenguaje hablado espontáneo, como demostró con multitud de pruebas Cuervo, Rom. XXXIII, 255-8; a fines del S. XVIII y en el XIX se tomó este vocablo como tipo de la antigualla ridícula empleada por los arcaizantes amanerados, a quienes se daba el nombre de magüeristas.

Ya Diez (Wb., 381-2) señaló la parentela romance de maguer y reconoció su etimología. Además del port. antic. maguer, que ha de ser castellanismo (lo castizo es el gall. ant. macar, arriba citado, otro ej. en Fig.), y del nizardo magaro, que es italianismo (probablemente también en romanche), existió macari en italiano antiguo, y hoy sigue empleándose magari (popularmente magara) en italiano común, en Nápoles makar «almeno», Irpino macaro íd., calabr. macari ‘si es preciso’, ‘aun si’, macari Dio ‘ojalá’; además milan. magara che «benché», pullés merid. macari ca íd., piam. magara «quantunque» (Rohlfs, It. Gr. III, 73). En italiano común coexiste la ac. común ‘ojalá’ con ‘aunque fuese’ (se de’ figlioli n’avessi avuti, magar’ a Dio, venti, non mi sarei sgomentato) o sencillamente ‘aunque’ (dev’andar di : magari ci andasse tutto il patrimonio). También rum. măcar ‘por lo menos’.

El punto de partida ya lo vió Diez: es el gr. ant. Dž μακάριε, muy empleado en los clásicos con el valor de ‘¡hombre dichoso!’, ‘¡querido amigo!’; como exclamación, con el valor de ‘dichosamente’, pasó a significar ‘ojalá’, que es el sentido que tiene μακάρι en griego moderno; parte en esta forma y parte en la primitiva μακάριε (> magaire > maguer) pasó el vocablo directamente al romance del Sur sin que pueda documentarse en latín, a causa de su empleo exclusivamente coloquial. El valor desiderativo se halla todavía una vez en el lenguaje arcaizante de las serranas del Arcipreste: «vos que eso dezides, / ¿por qué non pedides / la cosa certera? / ―Ella diz: ¡maguera! / e ¿si·m será dada?» (1034d). Pero en el lenguaje general pronto se generalizó el valor concesivo, que sorprendemos en pleno desarrollo en las citadas frases italianas; el proceso, por lo demás, se ha repetido en muchas partes, pues hoy lo vemos en el ojalá del lenguaje familiar argentino y colombiano6, la misma evolución puede sospecharse en siquiera ( quiera Dios ‘así Dios quiera’), y la podemos documentar históricamente en el cat. baldament7: en el Bearne baudamén conserva el sentido etimológico de «joyeusement» (Palay; = fr. ant. baud ‘alegre’ de conocido origen germánico), mientras que en Foix8 y en el catalán rosellonés es ya ‘ojalá, lat. utinam9, y así era en la Edad Media10, pero en la actualidad tiene el valor de ‘aunque, a pesar de que’ en toda Cataluña y en Mallorca11.

En vez de adelantar, los filólogos romanistas, desde el tiempo de Diez, han demostrado un extraño retroceso en el estudio de nuestro vocablo: así M-L. (REW 5224) como Rohlfs (EWUG n.º 1302a) aseguran en forma extravagante que el it. magari, el cast. maguer y el gr. mod. μακάρι vienen del turco. Es ya idea extraña buscar en el turco el origen de una palabra tan antigua y arraigada como el it. magari, pero achacar tal procedencia al cast. maguer, documentado desde el S. X, entra ya en lo absurdo. No es disculpa suficiente el ejemplo del eslavista Miklosich, quien había traído del turco mégér o méjér ‘si no’, ‘salvo’, ‘sólo que’, ‘quizá’, ‘casualmente’ el it. magari, rum. măcar, junto con el alb., búlg. y svcr. makar ‘aunque’12. A su vez la palabra turca sería de origen persa (Denkschriften der Wiener Akad. XXXV, 125). Es posible que sea esta palabra turca la que viene del griego o bien que no tenga nada que ver con las voces romances, griegas y eslavas en cuestión, pero de que éstas son de origen griego no puede caber duda, aunque a su vez el it. magari volvió a pasar al griego moderno en la variante μαƔάρι, por un fenómeno nada raro en este idioma13.

Es gran mérito de García Gómez el haber señalado la presencia de makkâr en Abencuzmán, y haber dado un claro, completo y convincente análisis de todos los pasajes. Cuatro veces lo emplea en el sentido de ‘aunque’, como en castellano; cuatro en el de ‘sin embargo’; en una es ‘siquiera’, y hay un caso claro de ‘ojalá’ (como el it. magari, y como el cat. baldament ‘ojalá’ > ‘aunque’), que ha conservado intacta la ac. etimológica (gr. makárie): ‘no falte ignominia a quien te odie, y ojalá le sea tajada la mano’ = wa-yubtar lu qabȓu makkâr...! No importa mucho el que en un par de casos se pueda vacilar levemente en el pormenor interpretativo14. Lo evidente ahora es la prueba palmaria de que maguer - makkâr existía así en el Norte como en el Sur de España desde la Alta Edad Media: en Burgos (Glosas de Silos) a mediados del siglo X; en el habla cordobesa ya a primeros del siglo XII; en gallego macar a med, del S. XIII (Ctgs. 9.88, 11.3, 64.58 y otros 10 pasajes) y en doc. de Monforte a. 1255 (Sarm. CaG. 137v) y comprar macar lo queiran dar en 1263 en un doc. del Bierzo (ib. 143v); en el mozárabe balear a fines del mismo siglo15. ¿Cómo sostener después de esto que el vocablo pueda venir del turco o de la lingua franca?16. Que el vocablo en toda la Romania desciende directamente del latín vulgar, el cual lo adoptó del griego coloquial, está fuera de toda duda. ¿Qué es, pues, lo que pudo inducir al Sr. García Gómez, a pensar en una procedencia «mediterránea», de la «lingua franca»?

No lo dice, pero es claro que es la existencia del turco mégér ‘si no’, ‘salvo’, ‘sólo que’, ‘quizá’, ‘casualmente’. No sorprende que esta palabra impresionara a nuestro embajador en Ankara. Yo mismo en la 1.ª ed. de mi diccionario había ya llamado la atención hacia el cumano magar ‘quizá’ del diccionario de 1303, y hacia las variantes turcas ger, eger, gerƇe, con el viejo arraigo que todo esto supone en la familia turania. Sería pues conveniente saber algo del origen de la palabra turca, para acabar de quitar nuestros escrúpulos. Si no en cuanto a lo hispánico (que, estando documentado en los cuatro extremos de España desde los siglos X-XIII, salta a la vista que no puede venir del turco), por lo menos en cuanto a las voces balcánicas: rum. măcar, alb., búlg. y serviocroato makar ‘aunque’. Claro que, ya por razones fonéticas, la -k- de estas formas nos prueba que no vienen del turco mégér sino del gr. antiguo μακάριε. Y en cambio la -g- turca, no menos que las variantes aludidas, son inconciliables con una etimología griega. Se trata de dos palabras, aunque parecidas, totalmente independientes en su etimología. A reserva de mejor opinión por parte de los especialistas, me arriesgaré a sugerir un origen probable de la palabra turca.

Todo un grupo de vocablos parecidos a ésta se extiende por la vasta extensión de las lenguas iranias. Los sentidos en persa son varios, pero como no es peculiar a este idioma iranio, antes aparece también en lenguas iranias centroasiáticas, vemos que las acepciones más generales son ‘quizá’ y ‘¿de veras?’. En persa moderno es magar, pero esto se pronuncia meger en otras variedades persas. Define Steingass «perhaps, by chance», «unless, except, only, if it is not» «moreover, nay» y aun «but», pero el yagnobi (Samarcanda) magár es ‘quizá’, ‘¿de veras, acaso?’ (Andréev), y sarykoli (Turquestán chino) magár es lo mismo, y además ‘sólo’ (Pakhálina), afgano ma(n)gár ‘pero, sin embargo’ (Zudin, Lébedev); una variante magám (que según Andréev se explica por composición con ham ‘y’, ‘igualmente’) aparece en tádyik y yagnobi ‘si, acaso, si de veras’, ișkașimi magám ‘¿de veras?’, șugnani mágam ‘es necesario, es preciso’ (Zarubin)17. No hay que pensar en relacionar esta conjunción-adverbio con la familia indoeuropea del gót. mogan y esl. mogo ‘poder’, raíz que no estuvo nunca representada en iranio, pues además hay otras variantes (que explican las citadas variantes turcas): Saleman (Pers. Gramm., pp. 8 y 127*), registra, junto a magar «wo nicht, etwa; sinon, excepté, hormis, peut-être», un agar, gar, ar «wenn», gar na «wo nicht», (a)garƇa ‘aunque’, w(ag)ar ‘y si’, y también en baluchi existen aġ(ár) ‘si’, aġarƇi18.

Varias de estas partículas están evidentemente compuestas con otras cuyo origen indoeuropeo es bastante diáfano, por lo menos en parte: na ‘no’, Ƈa ‘y’ (= lat. -que, scr. -ca), wa ‘y’. Lo cual nos lleva a sospechar que en magar esté gar combinado con una partícula semejante. El persa mā tiene en verdad acepciones muy varias19, pues algunas no está muy claro de dónde salen20, pero desde luego es indoeuropeo en la acepción «no, not, nothing», puesto que con este sentido aparece el vocablo ya en el Avesta y en el persa epigráfico de los Aqueménidas, y se trata de un hermano del gr. μƎ y del scr. mā; por otra parte en estas acepciones corre también en lenguas iranias sin posibilidad de arabismos, como las del Pamir y de la Sogdiana: šugnani mā ‘que no, para que no’, o meramente ‘no prohibitivo’ (precisamente el matiz de μƎ), yagnobi ma, yagn. y tádyik mah ‘he aquí, ea’ (= ruso vot, na). Ésta es también la opinión de Chodzko (Gramm. d. l. langue persane, p. 214), quien explica que en persa corriente está ya esta acepción muy anticuada, pero todavía se emplea ante ciertos optativos e imperativos (me bâdâ «qu’il ne soit pas, à Dieu ne plaise», me gū ‘ne dis pas...’), y asimismo «devant ger (pour eger) donnant lieu à la particule exceptive meger ‘sinon, excepté, outre, si ce n’est que’: hemê rind end meger Zeyd ‘ils sont tous vauriens, excepté Zeyd’, meger nešinnîdid ‘n’avez-vous pas entendu?’, meger Ƈi ‘est-ce possible, quoi donc?’21».

Evidente, pues, que magar es compuesto del iranio indoeuropeo ma con (a)gar, y éste, sea cual sea su origen, debe de ser también voz irania genuina; es difícil que ésta tenga que ver con el griego ƔĮρ idea tentadora, y menos si es cierta la etimología que de éste se suele admitir22.

La conclusión en lo que nos interesa es clara. El origen del vocablo oriental se halla en iranio, desde donde pasó al turco; pero en romance, en griego moderno, en albanés y en yugoslavo procede de una voz del griego antiguo sin relación alguna con la compleja creación irania. Caso aleccionador para ciertos lingüistas «a lo moderno»: sin el auxilio inconmovible de la filología romance habríamos creído que una palabra tan importante como esta conjunción tenía un origen único, si bien con varia ramificación semántica; y sin la base de la comparatística irania habríamos podido imaginar que en las lenguas orientales era un turquismo o el producto de una hibridación arabo-persa.

1 Además Berceo, Mil., 766a: Gower, Confissión del Amante, 353 (donde el editor glosa «aun, aunque»), etc.―

2 El copista que transcribe la Crónica General para uso del Marqués de Santillana lo reemplaza por como quiera (M. P., Infantes de Lara, 234.21).―

3 Teodora reprocha a Gerarda el uso del anticuado maguer y del neologismo primorosa, y ésta le reconoce que su lengua «es una calabriada de blanco y tinto» (Dorotea I, esc. 8).―

4 Pero la acentuación primitiva maguéra está documentada por el verso en Alex., 2006 y en Juan de Mena, Lab., 216.―

5 Una vez creada esta variante, claro que pudo extenderse a otros usos.―

6 Ojalá por ‘aunque’ tiene gran extensión. Frases como «ojalá fuera cierto no lo creería» son corrientes en el Interior argentino; las he oído muchas veces en Mendoza (ej. en Draghi, Canc. Cuyano, 88), y lo mismo anotan el cordobés Garzón («ojalá no llueva hemos de sembrar»), Ciro Bayo en Bolivia o Norte argentino, Sundheim en la costa colombiana (traduce «así, aunque, por más que»). Éste cita, ya en Quevedo, «ojalá supiera que me había de condenar, no me hubiera cansado en hacer buenas obras».―

7 Que varios han querido erróneamente traer del ár. ƫil ‘vano’.―

8 Alibert, Gramatica Occitana II, 242 (baudament).―

9 Misc. Fabra, 182. «Baldament puguem aviat donar a Mossèn Jampy alabances més allargades, ja que no més plenes de cor, per obres de major alè» (prólogo del Pastoreltet a Jampy, Llirs, Roses y Violes cullits en les montanyes del Canigó, Perpiñán, 1914).―

10 «Tu e tes pars nulls temps vos veja en casa mia baldament, car...», «Curial... dix:―Yo·m pens que vós serets mia. ―Hoch, baldament ―dix lo duch ―e no·m dó Déus honor si yo·m treball en toldre-la-us», Curial III, 71, 245. En el último pasaje hay el matiz de ‘en hora buena’ que es muy típico del it. magari.―

11 Quizá ya en el Poema de la Vida Marina de fines del S. XIV (RH IX, 247).―

12 Efectivamente es voz muy frecuente, aun en escritores croatos: Gjalski, Djela VI, 266, 298.―

13 El cumano magar ‘quizá’ demuestra que el vocablo había entrado ya en los dialectos turcos en 1303, pero ni esta fecha ni el cambio de significado serían razones concluyentes para rechazar la posibilidad de que sea helenismo en turco. De ‘ojalá’ o ‘por lo menos’ a ‘quizá’ el tránsito no es imposible. A los turquistas toca juzgar el valor de la variante (e)ger, gerƇe, para decidir esta cuestión, que ya no interesa para el romance.―

14 Así, en II, 1.3, donde la traducción ‘aunque’, preferida por G. Gómez en III, p. 473, discrepa de ‘por lo menos’ admitida en el texto, y en LXV 9.4, donde traduce del mismo modo, y no ‘sin embargo’, como en sus conclusiones. He aquí los pasajes: «¡Por Dios qué presumida! Saluda por lo menos. / Conviene, si te entonas, que el entonar te siente», y «Quiero al menos dos piezas de mizcal, que mi holganza ahuyenten». Como se ve, los contextos se prestan a los dos matices interpretativos. Y digo que poco importa, porque el paso de ‘aunque’ a ‘aunque sea, siquiera, por lo menos’ es fácil, y también se comprueba en el it. magari.―

15 Escrito en Mallorca fué el libro de R. Martí. Aprovecho esta ocasión para señalar la subsistencia de mequéri, ‘aunque’, en el catalán de Ibiza (vocabulario de la Guía de Pérez Cabrero). La evolución fonética del mozár. makáre en mequéri revela el paso a través del árabe vulgar, que en la isla llegaría a suplantar al romance mozárabe poco antes de la conquista catalana. Me señala además Amadeu Soberanas que ha encontrado un caso medieval de macari en un texto catalán (del que da noticia en su contribución a la nueva Festschrift Wartburg), donde la -c- conservada atestigua en todo caso la procedencia mozárabe, aunque ignoremos dónde se tradujo ese texto de San Juan de la Peña, si en Valencia-Baleares o en el Bajo Aragón, supuestos ambos posibles.―

16 No menos discutibles son las otras pruebas que García Gómez quiere ver de mezcolanza geográfica en el léxico de Abencuzmán. Cigale no es palabra propiamente francesa, sino préstamo reciente del occitano (no hay cigarras en el Norte y ga se habría vuelto ye en francés), así que el moz. Ƈiqâla de Abencuzmán se da la mano muy naturalmente con el cat. cigala; y el doble diminutivo sardêl-sirȝîn no tiene por qué recordamos especialmente el it. sardella, cuando el primitivo sarda de muchas hablas catalanas se continuaría sin interrupción hasta el sarda del árabe norteafricano. Siempre la tendencia a identificar lo hispano con lo castellano, y a olvidar que el mozárabe no era un dialecto del español central, sino otra lengua hispano-romance no menos afin al portugués y al catalán. Claro que con esto no digo que el mozárabe cordobés no pudiera contener algún préstamo, además de los árabes; pero no en el terreno de las herramientas básicas del idioma, como son las conjunciones.―

17 No se halla una ni otra forma en otras lenguas iranias como el osetino, yazgulami, baluchi ni curdo, por lo menos no lo encuentro en sus diccionarios y gramáticas. Acaso se perdió en algunas, pues salvo el osetino, pertenecen éstas a las mismas ramas iranias que las de arriba, que se extienden casi hasta los cuatro ámbitos del antiguo Irán.―

18 Gilbertson, The Balochi language, p. 173.―

19 En algunas parece claro que viene del árabe: «what, which, that which, whatsoever, how!, what!; somewhat, something» y quizá «why, wherefor».―

20 «As much as, as far as», «whilst, during, as long as».―

21 No pretendiendo agotar la cuestión, no entro en averiguar si ha habido también composición con el persa ammā ‘pero’ (que en parte será así lo sugiere el hecho de que el afgano magar ‘pero’ tenga el mismo sentido que ama), ni de si éste es realmente de origen arábigo, como cree Steingass, pero también está en sugnani a(m)mo, en el Pamir, donde un arabismo parece increíble.―

22 Pokorny es más reticente que Boisacq y Brugmann. En último término, no está descartado algún parentesco de ƔĮρ y del ir. (a)gar con el gr. ıǦę y el báltico ir, ar.