MADERA, del lat. MATĔRէA ‘madera de árbol’, ‘madera de construcción’, ‘materiales’, ‘materia’.

1.ª doc.: matera, doc. de 940; madera, Berceo.

De uso general en todas las épocas; conservado sólo (en forma popular) en castellano y portugués (madeira), así como en algunos textos franceses medievales y en algunos dialectos sueltos franceses e italianos (REW 5409); en otros romances en el sentido de ‘madera’ han predominado FUSTIS (cat., oc.), LIGNUM (rum., it.) o bois (fr.). En el sentido filosófico secundario ‘materia’ (que el latín calcó del gr. ǪλƓ), el castellano como los demás romances ha empleado la forma culta materia [Berceo, S. Or., 89b, etc.; Apol.; J. Manuel; J. Ruiz, etc.], aunque Berceo (S. Dom., 231c) empleó una vez con este sentido el popular madera: en la ac. ‘pus, podre’ está ya en Nebr.

DERIV.

Madero [doc. de 1143, Oelschl.; ‘materia’, Berceo, Sacrif., 8b; el sentido moderno es general desde Apol., J. Ruiz, J. Manuel], de un lat. vg. *MATERIUM (sacado de MATERIA por analogía del singular LIGNUM junto al colectivo, antes plural, LIGNA), del cual proceden igualmente port. madeiro ‘madero’, cat. madissos ‘cuadernas de barca o barco’ (plural analógico en lugar de *madi(r)s), oc. madier ‘tapa de la amasadera’, Lucca mateo. Maderuelo. Maderable; maderada; maderaje, maderamen1 o maderación; maderero o maderista: maderería. Enmaderar o maderar [ambos en Nebr.]; madeirar ‘cubrir de madera’ gall. ant. (doc. de Pontevedra S. XIV, Sarm. CaG. 88v); enmaderamiento, enmaderación, enmaderado.

Material [Berceo; sustantivado, ya 1633, Lz. de Arenas, p. 87], materialidad, materialismo, materializar: inmaterial.

1 Lo emplea Azkue muy a menudo en las definiciones de su dicc. y supl. vascos (en zuraje y zubaje ‘conjunto de maderas de un edificio, charpente’ y otras varias palabras), de suerte que debe de ser vivo también en el castellano vascongado. Como Iribarren no lo registra, no es seguro que esto sea general a todo el territorio de lengua vasca, y por lo tanto podría tener arraigo marino más que montañés o forestal, y así es bastante probable que se trate sencillamente de una propagación del sufijo de velamen, botamen, pujamen, tanto más cuanto que también se registra un gall. madeirame, cf. RHF VI, 58 n. No es imposible, sin embargo, que tengamos ahí una alteración de maderamiento oriunda del País Vasco (por más que sur ‘madera’ parece ser de uso general en vasco y aun en todas sus variedades); Landucci registra maderamentua como traducción del cast. maderamiento (frente a madera: cur); ahora bien, en vasco tienen valor muy parecido los sufijos -mendu (de etimología románica) y -men (de origen menos claro), y aunque éste, tan productivo en este idioma, tiene por lo común aplicación muy diferente, en vasco coincide con los usos de -mendu, y aunque -men por lo común es postverbal y de nombres de acción, hay también algunos casos en que ya se acerca al papel que tiene en el cast. maderamen: eskumen ‘manojo’ (de esku ‘mano’), eiheramen ‘molienda’ (de eihera ‘molino’), ahamen ‘bocado’ (ya en Leiçarraga, S. XVI, de aho ‘boca’), cf. Azkue, Morf., pp. 68-69; Uhlenbeck, Woordafl., 52.