MACIENTO (?), adjetivo de existencia incierta, acaso relacionado con el port. macío ‘liso, suave’, que procede del ár. masîɅ íd.
1.ª doc. y única: 1566, Arbolanche.
En cuanto a la etimología del portugués macío, en realidad está fuera de dudas: como se admite generalmente desde el tiempo de Diez (Wb, 465) y Dozy (Gloss., 298), es el ár. masîɅ ‘liso, terso’, voz ya clásica, común y derivada de la raíz masaɅ ‘frotar, enjugar’, ‘untar, almohazar’, ‘limpiar’, ‘halagar’, bien documentado no sólo en el árabe clásico y oriental sino también en el de España y el Magreb (R. Martí s. v. tergere; PAlc. s. v. alimpiar, etc.; Dozy, Suppl. II, 589-90)2. La fantasiosa idea de Carolina Michaëlis3 de derivar macío del nombre del famoso Macias o Namorado no merecía la aceptación que le dió M-L. (REW, 5209).
En cuanto al hapax maciento, aunque su forma parezca asegurada por la rima con momento y por el metro (que impide reemplazarlo por macilento), es muy dudoso que tenga que ver con el port. macío, porque, según el contexto, debería significar algo como ‘inquieto, desasosegado’. Es posible que el autor escribiera ahí otra palabra, alterada por el impresor de esta obra juvenil; y aunque siendo Arbolanche de Tudela, gran foco de arabización, no sería absurda la idea de un arabismo local cruzado con algún adjetivo romance, acaso el propio macilento dado el colorido humanístico y culterano del léxico de este poeta. No conviene dar importancia a palabra tan mal atestiguada, y en todo caso está descartada la idea de derivar el supuesto gall. macio, y este hapax, del lat. macies por no existir descendencia popular romance, en parte alguna, de esta palabra clásica latina ni de sus derivados.
La buena solución, en resumidas cuentas, me parece es que ese tudelano maciento sea disimilación de un *meciento ‘el que se menea o agita mucho’ deriv. del arcaico mecer ‘agitar’ (véase). Cierto que el sufijo -iento es propiamente denominativo, pero con matices muy semejantes al de aquí: sediento, hambriento, mugriento, sudoriento, friolento, ceniciento, amarillento, etc. Y no escasean los casos romances de vacilación entre -entus y -ente(m): rubentus junto a rubentem, port. fedorento junto a fedente. Si agregamos los frecuentes casos navarro-aragoneses de paso de adjetivos de una terminación a la categoría de dos (pobra, etc.), casos de formación ambigua como peciniento (> pecimiento > pizmiento) junto a empecinarse, y la posibilidad de un influjo del cultismo macilento, superaremos los últimos escrúpulos.
1 En la edición de Las Abidas, el importante poema lírico-pastoril del navarro Jerónimo Arbolanche, Madrid 1970-1972, glosario, s. v.― ↩
2 En el árabe tardío del Este y Sur de España, y aun en el magrebí moderno, debió desecharse más tarde el uso de mâsiɅ, reemplazándolo por el de otros adjetivos de la misma derivación, como mamsûɅ (Beaussier, etc.) o mâsiɅ (RMa.), seguramente por escrúpulos piadosos, pues al-masîɅ ‘el ungido’ es el nombre árabe, y semítico general, del Mesías o Cristo (así en RMa. etc.), y eso sonaba a cristiano.― ↩
3 En un trabajo primerizo de la Miscellanea Caix-Canello, 141. ↩