En la misma forma lo emplean Ruiz de Alarcón, Agustín de Salazar († 1675), y ya antes sale
Machín en este sentido en Villaviciosa (1615), Quiñones de B. y muchos más (Cuervo,
Ap., § 922n.). Victor en 1609 registra «
el dios Machín: le dieu des amoureux, le dieu des masles» y le copian Oudin (1616, no 1607) y Franciosini (1620). No es aceptable la idea de Victor de derivar de
macho ‘masculino’, puesto que el amor no es menos propio de las hembras, y no correspondería al valor diminutivo de
-ín su función en este derivado; se trata de una seudo-etimología, en que se basa también el autor de la
Pícara Justina al deformar el vocablo en
Dios Machorro en II, 51. Explica
Aut. «voz vasqüence que vale lo mismo que Martín: y se aplica en Vizcaya a todo hombre rústico y mozo del trabajo, y con especialidad a los mozos de las herrerías: por cuya alusión los Poetas Castellanos suelen llamar a Cupido el Dios Machín, por haber nacido en la herrería de Vulcano». La forma yuxtapuesta de la construcción «el dios
Machín» es favorable a la idea. Que
Matxin es forma familiar del nombre de Martín en vasco, es seguro (Azkue); y ya ocurría así en tiempo de Gonzalo Correas (1627), quien nos informa de que «
Machín es Martinillo en Vizcaya» (
Vocab., 1.ª ed., p. 422, comp. pp. 392 y 693). También es natural que
Matxin se aplique en vasco como nombre popular por excelencia a la gente humilde
1; y es comprensible, dado el carácter vasco de la industria metalúrgica, que el término se extendiera por España como nombre de los mozos de herrería; sería bueno hallar comprobaciones independientes: a falta de ellas observemos que
matxin-sukalde o
matxin-suzale (donde entra
su ‘fuego’) es en vasco ‘torreznero, persona que casi de continuo está junto al fuego’, ‘casero, el hombre que sale poco de casa’. A fijar
matxin en el sentido de ‘mozo de herrería’ contribuiría su semejanza con
macho ‘mazo de herrero’. Aunque Cuervo encuentra poco verosímil la etimología de
Aut., no puedo participar de su opinión: desde el momento en que se trata de un dios, y de una expresión mitológica, claro está que la expresión ha de ser de origen literario, y no es inverosímil que el literato inventor de la denominación pensara en el nacimiento de Cupido en la herrería de Vulcano, marido de su madre.
Spitzer, MLN LXXII, 579, reproduciendo muy mal mi explicación la rechaza con argumentos nada convincentes. La suya (< fr. dieu-machin ‘éste, coso’) es archihipotética y nada verosímil, además del anacronismo que sin duda entraña suponer la existencia del fr. machin en el S. XVI.