MACHUCHO, ‘sosegado, juicioso’, ‘entrado en días’, probablemente del ár. maȐǤûǤ ‘gente del Norte’, equivalente del bíblico Magog: por el carácter flemático de los septentrionales.

1.ª doc.: 1618, Góngora.

En 1625 Pedro Espinosa en su lista de «voces vulgares y mal sonantes» incluye «hombre machucho, de chapa», es decir ‘persona de importancia, respetable’; poco después lo emplea humorísticamente Quevedo en su Cuento de Cuentos, donde como es sabido acumula las locuciones vulgares: «en Sigüenza había un hombre muy cabal y machucho, que dizque se llamaba Menchaca, de muy buena cepa» (ed. Cl. C. IV, 175). No era, pues, palabra tomada en serio por los clásicos, probablemente por su procedencia de los fondos más populares de la sociedad, de la gente más desheredada de aquel tiempo, los pobres moriscos. No es, pues, de extrañar que Góngora la tome irónicamente como sinónimo de ‘fuerte, tremendo’: «Thisbe... / temerosa de la fiera / aun más que del estornudo / de Júpiter, puesto que / sobresalto fué machucho, / huie» (ed. Foulché II, 296). No figura en los diccionarios de la época, pero Aut. define «maduro, sossegado y juicioso», Terr. «quieto, sosegado, prudente», de donde fácilmente podía pasarse a ‘entrado en años’, ac. que ya hallamos en Samaniego (1784) y Bretón de los Herreros (vid. Pagés). Sigue siendo palabra muy popular en Castilla y en otras partes. En la Andalucía oriental ha tomado secundariamente el valor de ‘regordete, fornido’. En portugués explica Bluteau (1715; no conozco documentación anterior): «homem machucho: algumas vezes quer dizer homen de virtude, ou doutrina solida, ou homem de prudencia varonil; homem de grandes cabedaes; outras, homem de grande autoridade; outras, homem firme nas suas resoluç?es, etc.».

No parece que nadie hasta aquí haya estudiado la etimología, aunque algunos dijeron que viene de macho. No sé si el anotador anónimo de las Leyes de Moros castellanas del S. XIV (creo que es Gayangos) pensaba ya en machucho al poner a su texto el comentario siguiente: «MaǤûs [que él transcribe machúz] en arábigo significa ‘mago, sabeo, adorador del sol’. MaǤûǤ [transcrito machúch] es hombre del Norte, y de una de las razas septentrionales conocidas por la gente de Gog y Magog: Ȑahl ǤûǤ wa maǤûǤ. Suelen los autores árabes equivocar a menudo estos dos nombres, dando a las gentes del Norte el de Al-machúz. A los escandinavos, que en el S. IX asolaron las costas de la Península, los llaman indistintamente Al-machúch y Al-machúz, más frecuentemente de esta última manera... Como la mayor parte de los esclavos, y principalmente los eunucos que tenían los árabes orientales y españoles, venían del Norte, es probable que por majuci el autor haya querido designar aquí un eunuco esclavo». (Memorial Hist. Español, 1853, p. 127)1. En términos generales pueden confirmarse estas afirmaciones, aunque los diccionarios traigan pocos datos referentes a este vocablo, por ser nombre propio; por lo demás no tenemos motivo para dudar de los datos de Gayangos, buen conocedor de la literatura hispano-arábiga. Freytag define (I, 15a): «maȐǤûǤ: Magog (coniunctim cum yaȐǤûǤ), Scythae extremi Orientis, et praecipue illi qui Sinis ad septentrionem sunt, secundum alios Japhetidae, omnesque Asiae et Europae septentrionem incolentes gentes». Por lo que hace a maǤûs, tomado del gr. μάƔος, aparece como colectivo en el sentido de ‘mago, sabeo’ ya en el Corán (no sé si también maȐǤûǤ). En cuanto a la confusión de maǤûs y maȐǤûǤ en el árabe de España y su aplicación a los normandos u otras gentes septentrionales nos las atestigua el cap. 14 de la 1.ª Crón. Gral., con su leyenda de los Almujuces, procedentes de las «yslas frias assí cuemo Nuruega e Dacia e Prucia», conquistadores luego de Inglaterra, Escocia e Irlanda, que habrían atacado por mar Bayona, la Coruña, Lisboa y Cádiz, y acabado poblando España en los tiempos primitivos: además del nombre, varios detalles de la leyenda tienen fuerte sabor oriental (astucia empleada para tomar la Coruña disfrazando los navios de montañas) y revelan una fuente árabe, y a pesar del anacronismo es fácil adivinar ahí, por los pormenores geográficos, una reminiscencia de las incursiones normandas2.

Convendrá verificar varios puntos, pero desde luego me parece bien sentado que los musulmanes españoles conocían por maȐǤûǤ o maǤûs (o el derivado en -î, que en vulgar debía pronunciarse maȐǤûǤi o maǤûsi) un pueblo de la Europa septentrional, y que este nombre era también conocido y popular entre los moriscos que quedaron después de la reconquista, p. ej. los de Castilla la Vieja a quienes se aplicaban las citadas leyes del Siglo XIV; en el Recontamiento de Alixandre, escrito en Aragón en el S. XVI, tenemos otro testimonio del conocimiento de los MaǤûǤ entre los moriscos españoles: en la narración de las conquistas del gran rey macedonio se habla de unas gentes que «eran de la tierra de YāǤûǤ y MāǤûǤ, de la otra part del mont» (RH LXXVII, 542.7). En lo semántico, derivar de ahí machucho no presenta la menor dificultad, pues las gentes del Norte han pasado siempre por lentas, flemáticas y sesudas. Tampoco la hay en fonética, aunque es lícito vacilar entre un préstamo de maȐǤûǤ (pron. vulgar maǤûƇ) ya algo antiguo, con dilación consonantica maǤuƇo > machucho, o un préstamo tardío de los moriscos del S. XVI, cuando ya la j castellana no era Ɂ, y por lo tanto el Ǥ arábigo debía convertirse en ch al entrar en romance.

1 Con esto último no sé si está en lo cierto Gayangos (los esclavos de los musulmanes eran más bien eslavos). En el texto de la citada ley del S. XIV se habla de las penalidades que deben pagarse por las mutilaciones u «omeçillos» cometidos en la persona de los musulmanes españoles libres, después se trata de los siervos, y finalmente agrega: «el omezillo del christiano, o del judio, que pague la meytad, et otrosy el omezillo del majuçi ochocientos adárhemes, et el omezillo de sus mugeres la meytad de sus omes». Los varios omeçillos de los musulmanes se tasaban diversamente según su importancia, en 12.000 adarmes, o en algunos camellos. En vista de que ya se ha hablado antes de los siervos, dudo que vuelva a tratarse de ellos después de hablar de los cristianos y judíos: majuçi podrá referirse más bien al cristiano extranjero, por lo tanto procedente del Norte y menos protegido que el cristiano español; a no ser que se trate del esclavo del cristiano.―

2 Por otra parte, la confusión con los magos o sábeos se reconoce por la referencia a Caldea, a Nabucodonosor y Jerjes, y por la adoración del fuego que se achaca a los Almujuces.