LORO I, m., ‘papagayo’: del lenguaje de los Caribes de Tierra Firme, que llamaban a este pájaro roro.
1.ª doc.: h. 1550, Fz. de Oviedo.
Al narrar la conquista del Nuevo Reino de Granada nos informa ese autor de que allí se llama loros a una especie de papagayos medianos, menores que los guacamayos; a fines del siglo el indio peruano Garcilaso escribe que loro es nombre español de una especie mediana, menor que el guacamayo y mayor que el periquillo y la catarnilla, mientras que los indios llaman a todos uritu. Orito ‘papagayo’ está ya en el Dicc. quichua de Fr. D. de Sto. Tomás (1560). Como ya insinuó Cuervo (Ap., § 219) y demostró plenamente Friederici (Am. Wb., 348-9) loro no puede venir del quichua ni del malayo, como se ha asegurado repetidamente; es casi seguro que el dato de Fz. de Oviedo proviene de la narración de Jiménez de Quesada, conquistador en 1539 de lo que después fué Colombia, en una fecha en que apenas había existido contacto con el Perú, y sólo esporádicamente habían tocado los españoles en las islas malayas; por otra parte, el Inca Garcilaso subraya que loro es voz de los españoles y no de sus compatriotas, de suerte que se ha llegado a sospechar, no sin justificación, que sea, por el contrario, el quichua uritu el que proceda del cast. torito, aunque también es posible mirarlos como voces independientes; en cuanto al malayo, el vocablo tiene allí más bien la forma nori o nuri que lori o luri, y de hecho los viajeros hispanoportugueses, con referencia a aquellas islas, emplean la forma nores (JoƟo de Barros, Décadas IV, 8, 10; B. de Argensola, Conq. de las Malucas, libro II), luego debe abandonarse la etimología malaya defendida por Gonçalves Viana, Apostilas II, 83 (comp. C. Michaëlis, RL XI, 52-53). En realidad nos consta por datos coincidentes de varios lingüistas, desde 1680, que roro (o loro) es la denominación empleada en los dialectos de los Chaimas, Cumanagotos, Tamanacos y otros indígenas de la familia Caribe.
DERIV.
Lora ‘loro de cualquier sexo’, colomb., centroamer., per.