LONGANIZA, del lat. vg. LȢCANICIA, derivado del lat. LȢCANէCA ‘butifarra o longaniza’, así llamada porque se hacía en Lucania; en romance *luganiza pasó a *lunganiza y luego longaniza, por un proceso fonético corriente, ayudado por el influjo de luengo ‘largo’.

1.ª doc.: h. 1400, Glos. del Escorial y de Toledo.

Así en estas obras como en el cazurro andaluz del S. XV (M. P., Poesía Jugl., 305), en la Gaya de Segovia (a. 1475; p. 84), APal.1 y Nebr. («longaniza: farcimen; lucanica»), el vocablo tiene -z- sonora. De uso general en todas las épocas; Cej. VII, § 94; ast. llonganiza (V). Formas equivalentes son el cat. llonganissa (vulg. llonganissa) y el port. lingüiça (ant. longariça)2. Desde Diez era tradicional derivar estas palabras del lat. longano, -ōnis, ‘intestino grueso’, ‘especie de embutido’, que por lo demás no explicaba la terminación romance, pero como ya observó M-L. (REW 5119, comp. 5114a) en realidad no parece existir tal palabra. Lo que se halla en muchos autores, desde Varrón (S. I a. C), es longavo, con la variante bastante frecuente longao (explicable como pao junto a pavo, -onis), y otra variante ortográfica longabo; en realidad ignoramos la cantidad de la a, que bien pudo ser breve y entonces no habría dificultad en derivar de ahí el logud. longu ‘longaniza’. En cuanto a la forma longano, se halla sólo en los manuscritos de Celio Aureliano (S. V) y varias veces en Vegecio (h. el a. 400), vid. Niedermann, VRom. V, 180-1; de ahí deduce este filólogo que esta variante longano no es mera lectura falsa de n por u, como supone M-L., sino que se formó por interpolación de una h antihiática; pero esto no es admisible: no hay tal fenómeno fonético y los ejs. que se citan son de pura apariencia; creo en efecto que se trata de una errata que alcanzó alguna extensión en ciertos manuscritos gracias al influjo de longaniza y del lat. lucanic(i)a.

La etimología verdadera de longaniza es la ya indicada por Cornu (GGr. I2, § 121), lat. LȢCANէCA (Cicerón, Marcial), voz ya clásica, lo mismo que lucanicum, lucana y lucania, como nombre de una butifarra o longaniza; en efecto la otra variante LȢCANICIA se halla también en los mss. de San Isidoro (Etym. XX, iii, 28) y ofrece una base irreprochable para las palabras romances: el primitivo *luganiza pasó a lunganiza por propagación de la nasal (fenómeno frecuentísimo) y finalmente longaniza al actuar el influjo de luengo (comp. cat. llonganissa ‘retahila, cosa inacabable’). Por lo demás LUCANICA también se conservó en el vasco lukainka (de donde vizc. lucainca ‘longaniza, salchicha’, Arriaga)3, el neogriego λουκάνικο alban. lkong, y todo un grupo de palabras dialectales alto-italianas (lügán(e)ga)4 y retorromances (engad. liaungia, etc.), vid. M-L. (REW, 5134), donde faltan todavía las formas iberorromances.

1 «Lucanice, que son longanizas se dixeron assí porque primero se fizieron allí las salcizas o longanizas: que es una confección o mezcla de carnes menudas metidas en tripa», 253b; también 193d.―

2 También aran. laȧgwísa (o leȧgwanísa), que puede ser equivalencia del cat. vg. llangonissa; pero el vocablo no aparece fuera de allí en lengua de Oc, luego quizá sea catalanismo más o menos estropeado.―

3 Hay variante lukaika: entre las dos cubren todo el territorio de lengua vasca; pero Azkue no precisa el área respectiva; en el valle de Salazar lukarika: la -N- intervocálica pasa a -r-, o cae del todo, en muchas variedades vascas, y en otras suele nasalizar la vocal siguiente. La base común es pues LUCANICA.―

4 Ya lugánica, -ániga «Wurst», en el glosario veneciano del S. XV publ. por Mussafia, Denkschr. d. Wiener Akad. XXII, 175.