LOCRO, ‘guisado de carne con patatas, maíz, pimiento y otros ingredientes’, arg., chil., boliv., per., ecuat.; de origen indígena americano, probablemente del quich. rokkhro íd.

1.ª doc.: 1590, J. de Acosta, con referencia al Perú.

Friederici, Am. Wb. 347-8; Lenz, Dicc. 435. Rokro «guisado de papas y ají» ya aparece en 1608, en el diccionario quichua de González de Holguín (no en Fr. Santo Tomás); quizá tenga que ver con rocoto «ají grande y hueco que no cuece mucho» [1560, Sto. Tomás], aunque el tipo de consonante velar sea diferente (rokkóto en. Lira). Lenz dice que no sabe que el vocablo se emplee fuera de la zona de influencia incaica, y así es si son completos las datos de Malaret, que no pasan del departamento de Nariño, en el Sur de Colombia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que figurando en la Acad. no lo recogen los diccionarios de americanismos; por otra parte, por Pichardo, Brito y Patín Maceo sabemos que locrio en Santo Domingo es ‘arroz amarillo cocinado con azafrán, y agregando pedazos de carne de puerco y sobrecarga de manteca’. Un quichuísmo llevado a Sto. Domingo es tan extraño como corriente el caso de una voz antillana extendida por toda América y aun al quichua; sin embargo, aquí todos los indicios son favorables a la procedencia de este idioma, pues los tres testimonios de los SS. XVI-XVII alegados por Friederici corresponden al Perú, y el cambio de r- quichua en l- romance es regular (Rímak > Lima).