Lanterna se halla también en doc. náutico de 1430 (Woodbr.), en
Guzmán de Alfarache, en el
Casamiento Engañoso (
Cl.
C., 202), en el
Quijote, en Espinel (Fcha.), y es la forma adoptada por Nebrija, que el
Dic.
de Autoridades no mirabat todavía como enteramente anticuada, si bien prefería la forma en
li-;
lenterna1 aparece en fray Juan de Lerma (S. XVI),
BRAE XVII, 238; y Julio Cejador y Frauca, en
Tesoro de la Lengua Castellana, VII, § 26. Estas dos variantes se deben al influjo de
interna (lenguaje vulgar
enterna) por la misma etimología popular que fué causa de que apareciera en el latín tardío la variante
laterna, relacionada con
latēre ‘estar oculto’, pero el verdadero origen del vocablo latino es el griego
λαμπτƲρ ‘antorcha’, ‘lámpara’, ‘linterna’. Los demás romances literarios conservan el vocalismo latino: portugués
lanterna, catalán
llanterna (pero
linterna en St. V. Ferrer,
Sermons I, 71.27), francés
lanterne, italiano
lanterna, etcétera; aunque dialectalmente aparecen formas en
i en muchas partes:
linterna en la Beira (
RL V, 164),
alinterna en el Algarbe, en el Minho y en Miranda
is Duero desde 1658 (
RL VII, 37, 284; Leite,
Opúsc. II, 471);
linterna,
-arna, en algún dialecto francoprovenzal (
FEW V, 166
a);
linterna en hablas retorromances, y en dialectos italianos desde las Marcas (
ARom. XIII, 257) hasta Calabria y Sicilia;
ìntjerna en serviocroato (Bartoli,
Das Dalmatische I, 307; Jud,
Archiv für das Studium der neueren Sprachen, CXXII, 433; W. Meyer-Lübke,
REW 4896).