LINCE, tomado del lat. lynx, lyncis, y éste del gr. λύƔξ, λυƔκóς íd.
1.ª doc.: APal. 248d; Nebr., s. v. bramar.
Pero de APal. 247
d se deduce que lo único generalmente conocido en castellano era en esta época
lobo cerval. La explicación de Hernán Núñez, en 1499, «las entrañas del animal
lince» indica lo mismo. Mientras que gnía.
lince ‘ladrón a quien ponen de atalaya’ (1609) y el adjetivo ojos
linces de Cienfuegos (1702) indican que ya por entonces estaba popularizado. También escribe
ojos linces Espinel en 1618 (Fcha.); Cej. VII, § 96. Desde Diez se viene admitiendo que
onza ‘especie de pantera’ [
-ça, Nebr.; Cej. VII, § 96], cat.
onça y
unça (ambos ya en Lulio, S. XIII)
1, mozár.
únça (RAle), fr.
once [S. XIII], sale de un
*LUNCEA del latín vulgar, derivado de esta voz griega, con deglutinación del artículo, que se conservó en el it.
lanza [Dante]; en realidad, sin embargo, es etimología incierta.
DERIV.
Lincear. Linceo.
CPT.
Lincurio [1438, J. de Mena], compuesto con el gr. οȕρον ‘orina’.
1 Onça, Meravelles II, 89, 132.5, 7, 139.15; unça ibid. 124, 130, 132.9, 138.25, 27, 139.5, 16, 21. ↩