LENTO, tomado del lat. lĕntus ‘flexible’, ‘tenaz’, ‘viscoso’, ‘duradero’, ‘lento’.
1.ª doc.: med. S. XV, Diego de Burgos (C. C. Smith, BHisp. LXI); Oudin («lent, tardif, lasche, laisant, pesant, paresseux»).
Es ya frecuente en Góngora, y
lentamente sale en el
Quijote (II, xxix, 113), pero falta todavía en Percivale (1591), y Covarr. (1611), y C. de las Casas (1570) traduce el it.
lento solamente por «tardo, tardío, perezoso». El vocablo había sido heredado del latín en la forma popular
liento, con el significado de ‘húmedo’, procedente del de ‘viscoso, pegajoso’ que tiene
LENTUS en Virgilio y otros: así se halla ya en Nebr. (
aliento por umedad: lentus»),
Guzmán de Alfarache («friégate las mañanas el rostro con un paño, antes
liento que mojado, porque no salga limpio ni sucio»,
Cl.
C. II, 196.13),
Aut., etc.
1, y creo que éste es también el sentido de
tierra lienta en la traducción de Abenbassal, h. 1300,
Al-And. XIII, 421.13,8 (de abajo), 422, 423.1. Es ac. documentada en italiano (así C. de las Casas, 1570), sardo, francés, etc. (
REW 4983), y particularmente en port.
lento ‘humedecido’, gall. íd. ‘húmedo, cubierto de moho, blando’ (Vall.); con su abstracto
lentura ‘humedad’ (port.), ‘suavidad, cariño, tibia protección’ (gall.)
2.
Otra ac. secundaria es ‘poco vigoroso y eficaz’, en
calentura lenta,
fuego lento, en Laguna (1555)
sobre las lentas brasas; la cual existe con carácter popular en valenciano: «
llenta: una cosa continua o que no dexa:
febra llenta, fiebre lenta» (Sanelo, S. XVIII), «
lenta: ni fría ni caliente» (Tastu).
DERIV.
Lentitud [Góngora]. Lentor. Lentura («lascheté, mollesse, tardiveté», Oudin). Derivados de liento (V. arriba): lentecerse ant. («hazerse liento: lentesco», Nebr.), enllentecer (Acad.); relentecer («r. a otra cosa: lento», «relentecerse: lenteo, lentesco», Nebr.), de ahí relente ‘humedad nocturna’ [Aut., que otros dicen rellente, como advierte este diccionario, comp. la variante llento ‘húmedo’ arriba citada; Cej. VII, § 52; en el sentido de ‘cachaza’ figura ya en el Quijote (II, 53), me recuerda Griffin: «¡por Dios ―respondió el huésped― que es gentil relente el que mi huésped tiene!» (11,59)].
1 Hay también variante liento: «Ningún molinero... no sea osado de mojar ningún costal ni lo poner en lugar que esté liento para que pese más», en las Ordenanzas de Toledo (a. 1603), BRAE XVI, 544-5.― ↩
2 «A lentura garimosa dunha terra natal», «durmes na lentura do meu seo», «na lentura das sabans», Castelao 93.23, 290.21, 195.16. ↩