LEDO, ant., ‘alegre’, del lat. LAETUS íd., pero la falta de diptongación indica probablemente que la forma española se tomó del lenguaje de la lírica gallegoportuguesa.

1.ª doc.: Berceo, Mil., 448d (ms. A).

En la Edad Media es común en poesía: J. Ruiz, 1305; Vida de S. Ildefonso, 859; Rim. de Palacio, 857; Danza de la Muerte, 211. Todavía no estaba olvidado en el Siglo de Oro, pues lo emplean Góngora, y alguna vez Lope, pero J. de Valdés subraya que sólo se usa en verso (Diál. de la L., 112.9). De la poesía se extendió al estilo de los libros de caballerías: así en la Gr. Conq. de Ultr., 62; en el Lanzarote de 1414 (RFE XI, 293), etc. De éstos llegó a extenderse ocasionalmente a ciertos libros de historia, de lenguaje arcaizante (ejs. en Aut.). A pesar de todo, siempre se consideró voz poética y hoy ya está en desuso. Si fuese palabra realmente castellana debiéramos tener *liedo (forma que parece llegó a existir; por lo menos la cita el glosario de la Antología de Alfonso el Sabio por Solalinde, aunque no la he verificado en los textos; pero en todo caso hubo de ser rara). Un cultismo tendría seguramente la forma lelo; luego debe suponerse que se tomó de la lírica galaico-lusitana, que hacía gran uso de ledo. Sigue hasta hoy siendo palabra viva en gallego-portugués, y aun popular, al menos en ciertos ambientes, por más que Vall. la deelarase anticuada: «con que ledicia escoltaría nas mañas ledas de domingo as conversas dos feligreses», «feitiña de cara, leda de xenio, traballadora de condición» (Castelao 186.2, 204.22).

Que además leƫo era palabra conocida en la zona mozárabe lo indica una etimología de Almacarí recogida por Simonet, s. v.; para la probabilidad de que un derivado abstracto, ledor, aparezca en una ȟarǤa mozárabe del S. XI, vid. mi artículo de Al-And. XVIII.

DERIV.

Leticia; gall. ledicia palabra muerta en portugués (donde es normal ledice), pero todavía viva en Galicia (que Manuel María, ha reemplazado en el título de sus Poemas de 1974, «Odes num Tempo de Paz e de Alegría», por más que históricamente alegría, como prueba su -l-, debe ser históricamente un intruso), vid. supra ej. de Castelao. Letame [Acad., ya 1817, como ant.], tomado del it. letame ‘abono de la tierra’, derivado de LAETUS en la ac. ‘fértil’.

CPT.

Letificar; letificante; letífico.