LAURENTE, ‘oficial que en los molinos de papel tiene por cargo principal asistir a las tinas, con las formas, y hacer los pliegos’, palabra hermana del cat. alabrent o (l)abrent, de origen incierto, quizá relacionado con el fr. med. halebran ‘pato bravío’ y con el oc. alabreno ‘salamandra’.

1.ª doc.: Acad. ya 1817, no 1780.

Según Aguiló el cat. alabrén designa en los molinos papeleros de Beceite (zona catalana de Teruel) el oficial que echa los trapos preparados a las masas1 del molino para hacer la pasta; por otra parte dice que en Capellades (prov. de Barcelona) se llama labrera el trabajador papelero que tiene el molde donde se pone la pasta líquida; Labèrnia (1840), que era de la prov. de Castellón, da las formas alabrent y abrent2, copiando la definición de la Acad., y en su diccionario castellano-catalán recoge labrent. Cataluña y Valencia son las tierras de la antigua fabricación de papel, introducida por los árabes en España; muy famosas son, sobre todo, además de las de Capellades, las fábricas de Alcoy, en la zona más arabizada del País Valenciano. Por otra parte la b catalana no puede corresponder normalmente a la M castellana, luego es probable que una de las dos formas esté alterada por algún influjo perturbador, y como sería difícil explicar de esta manera la variante con -b-, a priori es más verosímil que sea el cast. laurente el alterado por influjo del nombre propio Lorente, lat. Laurentius. La inicial amovible al- y las razones históricas invitarían a buscar un origen arábigo, pero de este lado no hallo pistas convincentes. A no ser que se trate de ibrā ‘hebreo’, palabra empleada en vulgar de España y de África, aunque falte en Dozy, pues la registran R. Martí (pp. 140, 412) y Beaussier; fonéticamente no habría la menor dificultad, pues la pronunciación vulgar hubo de ser ebrâni o ebrêni, pero suponer que los judíos fuesen empleados especialmente en la fabricación de papel durante la dominación arábiga, aunque es posible, por ahora es conjetura gratuita. ¿Se tratará, contra los indicios expresados, del nombre propio Lorente, Laurente? Semánticamente quizá pudiera hallarse un camino, teniendo en cuenta las frases proverbiales italianas «San Lorenzo dalla gran caldura, Sant’ Antonio dalla gran freddura, l’uno e Paltro poco dura» y «arrostito sulla gratella come San Lorenzo», que aluden al suplicio de San Lorenzo sobre una parrilla, lo mismo que el it. jergal lorenzo o lorenzo ‘reja’3; el laurente pudo comparársele si es que está expuesto particularmente al calor cuando ha de manejar la pasta líquida, extremo que no puedo comprobar. Claro está que todo esto es muy dudoso.

Más verosímil es que haya relación con dos nombres de animales: oc. alabreno, labreno, alabranda, etc., ‘salamandra’ (Mistral; REW, s. v. SALAMANDRA; Schuchardt, ZRPh. XXVII, 164; Sainéan, Sources Indig. II, 327)4, con la cual se le habría comparado por su exposición al calor, tal como se supone que la salamandra vive en el fuego. Por otra parte el fr. halbran ‘pato bravío joven’, antiguamente halebran (Ménagier, S. XIV) o alebran (Rabelais, 5e. Livre, cap. 14, ed. Plattard, p. 46), procedente del a. alem. med. halberent (propiamente ‘pato a medias’). También ahí es posible imaginar analogías semánticas con un oficial que desempeña un trabajo penoso, sea por la mocedad que por esta razón es de creer que tenga este oficial, sea a base de la ac. figurada del verbo hal(le)brener ‘rendir de fatiga’ [Rabelais]5, propiamente ‘hacer que el halcón se quiebre las plumas cazando el halbran’. Por lo demás es de creer que el influjo de alebran haya actuado en el cambio de SALAMANDRA en alabreno. Aunque no tengo noticia concreta de que ninguno de los dos nombres haya existido jamás en catalán o en castellano, ésta no sería objeción decisiva tratándose de animales pertenecientes a actividades tan internacionales como la cetrería y la magia. Además de que la aplicación al oficial papelero pudo hacerse ya en Francia, sin que ello haya llegado a nuestro conocimiento.

1 (?) Quizá masses sea mala grafía por maces y debamos entender ‘mazos’.―

2 De él copiaron diccionarios posteriores, como Saura (1852), Alcover, etc.―

3 Migliorini, Dal Nome Proprio al Nome Comune, p. 132. En cuanto al it. dial. lorenzo ‘necio’ (ibid., p. 228), no se ve relación posible.―

4 Y lionés albrande íd.―

5 Para el cual vid. Spitzer, BhZRPh. XXIX, 37.