LASO, ant., del lat. LASSUS ‘cansado, fatigado’, ‘debilitado’.
1.ª doc.: Alex., 156; Apol., 458c.
Con -ss- sorda en lo antiguo. Está también en J. Ruiz, en APal. («malidus es ya laso y cansado y que vino a flaqueza», 261b; 106b, 514b), pero ya por entonces debía de ser voz anticuada: falta en Nebr. y es raro y cultista en el Siglo de Oro (F. de Herrera, Esquilache); Cej. VII, § 33. Con él se confundió el cultismo laso ‘flojo, lacio’ de LAXUS; así en J. del Encina (Cej.), en Sigüenza (Aut.), etc., y hoy en la ac. ‘sin torcer’, aplicada al hilo.
DERIV.
Lasitud [h. 1580, F. de Herrera], tomado de lassitudo, -inis, íd.; también lasamiento [íd.] o lasedad. Lasarse. Delaxar ‘cansar’ (Acad. 1884, no 1843), grafía ultracorrecta. Todos ellos son anticuados, aunque lasitud se emplea alguna vez en lenguaje poético o en tono elevado de prosa, por lo demás confundido muchas veces con laxitud.