LADRILLO, diminutivo romance del lat. LATER, -ĔRIS, íd.
Cej. VII, § 4.
Ladriello en la
Gral.
Estoria I, 291
a8. También aparece en APal. (235
d, 236
b), Nebr., y
Aut. cita ejs. del Siglo de Oro. Palabra frecuente en todas las épocas, pero representada solamente en castellano (comp. port.
tijolo, cat.
rajola, fr.
brique, etc.); el primitivo latino se conserva en el campid.
làdiri «matton crudo». Se dice comúnmente que el cast.
ladrillo procede del lat.
LATĔRCŬLUS ‘ladrillo pequeño’, pero es imposible porque el resultado fonético de éste habría sido
*ladiercho. Para obviar la dificultad Nobiling (
ASNSL CXXVI, 430) supone que
LATERCULUS en latín vulgar se reformaría en
*LATERզCŬLUS, de donde vendría el port.
ladrilho, y que de éste la industria ladrillera habría tomado en préstamo el cast.
ladrillo, cuya terminación no puede corresponder a
-զCŬLUS. Pero en realidad es, al contrario, la forma portuguesa la que se tomó del castellano, pues el vocablo verdaderamente castizo es
tijolo en el idioma vecino; así se comprueba gracias a las formas
ladrello2 y
ladrielo de docs. portugueses de princ. S. XIII, citadas por
CortesƟo, y cuyo diptongo es evidentemente extranjero en Portugal; al mismo tiempo constituyen la primera documentación, indirecta, de la voz castellana. Aparece también la forma deglutinada
adrilho como préstamo del castellano en el gascón del Libre deis Establimentz de Bayona, que creo del S. XIV, 106.12, 106.16: V. el contexto en Levy,
PSW VIII, 184. Es posible que el nombre de lugar
Fonte Ladrero (‘fuente enladrillada’) de un doc. castellano-viejo de la primera mitad del S. XIII citado por Oelschl. sea derivado del preliterario
*ladre procedente del lat.
LATĔREM, del cual
ladrillo ha de ser diminutivo.