LÍNEA, tomado del lat. līnĕa ‘hilo de lino’, ‘cordel’, ‘línea’, ‘rasgo’, derivado de līnum ‘lino’.

1.ª doc.: liña, h. 1250, Setenario, f° 9 v° b; 1.ª Crón. Gral.; línea, APal. 40d («ajct’s es línea correspondiente por derecho, por medio de la pella de la spera, desde meridión a septentrión»), 65b, 96b, 184b, 248b.

En la Edad Media es corriente la forma popular liña, en la ac. ‘descendencia’: «descendié por linna de generación de la semient de Mahómat», en la Crón. Gral., y análogamente en la Gr. Conq. de Ultr., varios pasajes del Canc. de Baena, en Pedro Tafur, etc. (Cej., Voc.); también aparece en la ac. ‘hebra del anzuelo’, ya en doc. de 1148 (Oelschl.), en fueros del S. XIII, y todavía aparece esta forma en un refrán del Maestro Correas (1623); hoy queda relegada a Canarias (BRAB VII, 337) y Galicia. La forma culta línea, aunque falta todavía en Nebr. y PAlc., figura ya en C. de las Casas y Covarr., es corriente en el Quijote, etc., y se hace desde entonces de uso general, si bien popularmente se oye todavía liña y sobre todo linia; en el caso del verbo alinear la forma con i es general en la lengua hablada (todos dicen alíniense); Cej. VII, § 73.

DERIV.

Lineal o linear. Lineam(i)ento. Linear v. Alinear [Acad. 1843, no 1817]; alineación. Delinear; delineación, delineador; delineamiento; delineante. Entrelínea; entrelinear. Translinear. Derivados del popular liña. Adeliñar ant. [Cid]. Aliñar [Partidas; Cej. VII, § 73; ast. alliñar, V]; aliñado; aliñador; aliñamiento; aliño [med. S. XVI, Horozco]; aliñoso; desaliñar; desaliñado; desaliño; desliñar [Acad. ya 1843], parece un cruce de aliñar con deshilachar. Deliñar; endeliñar. Liño [1513, G. A. de Herrera]; liñuelo; entreliño. Linaje [1107, BHisp. LVIII, 361; doc. de 1209, Oelschl.; y bastante frecuente en los siglos medievales; Nebrija, Cejador VII, § 53. Lignage, principio S. XIII, Liber Regum, BRAE VI, 197; Berceo], tomado del cat. llinatge íd., disimilación de llinyatge, derivado del arcaico llinya por ‘línea’1; común a los varios romances: it. lignaggio, fr. lignage, oc. linhatge, port. linhagem, todos ellos con ñ interna, salvo el castellano y el catalán, pero la disimilación, que era fatal en catalán (en medio de las dos palatales ll- y -ny-), no se explicaría en castellano, por lo cual y por el carácter no castizo en cast. de las formaciones en -aje, es seguro que en esta lengua se tomó de la del Tirante y Pedro el Ceremonioso, de donde procedieron tantas palabras de esta rama semántica, como pundonor, orgullo, ufano, cartel, etc.; nótese que al menos en la forma despalatalizada, linaje no es palabra muy antigua en castellano (Nebrija), pues en el Liber Regum se lee lignage y es probable que en Berceo y en el doc. de 1107 y 1209 n sea la consabida grafía imperfecta por ñ; en catalán, desde luego, se documenta copiosamente desde los orígenes del idioma (Jaime I, etc.): primero en la forma linyatge (ibid.; Vides Ross. 233rl), después ya pronto linatge (forma no menos frecuente en dichas Vidas). Linajista; linajudo.

CPT.

Linotipia, tomado del ingl. linotype, contracción de line of type ‘línea de composición tipográfica’; linotipista.

1 Colón, Enc. Ling. Hisp. II, 235, pregunta por qué ha de venir del catalán y no del francés o el occitano, puesto que en estas dos lenguas se documenta desde el S. XI. Pero aunque así sea, todo el mundo reconoce que en el estado respectivo de la filología francesa y la catalana, el tener una palabra documentada en el S. XIII en ésta y en el S. XI en aquélla es indicio de tanta antigüedad en la una como en la otra. Siempre la ciega aplicación de los criterios de la filología, con desprecio de los de la lingüística. El profesor Colón no debe dar a la documentación más valor del que se le puede reivindicar. En el S. XI no hay en general notación clara de la como diferente de la n ¿Cómo saber que una grafía francesa linage escrita entonces no significa liae? He aquí la razón; y pregunto por mi parte: ¿Hay testimonios claros de una forma con -- y no con -- (fr. gn, oc. nh) en francés y en lengua de Oc? Es en catalán donde la influencia convergente de la ll- y la g imponía la disimilación: en castellano, en francés, en occitano, casi no había razón alguna para disimilar, y de hecho es linhatge lo que se halla en oc. y lignage en fr., siempre, o casi siempre.