LÁUDANO, alteración inexplicada del lat. ladănum ‘goma de la jara’ y éste del gr. λάƌανον o λƲƌανον íd., derivado de λƲƌος ‘jara’, que en la historia de la Medicina pasó a designar un medicamento a base de opio; el nombre parece haber llegado a Europa desde el ár. lâdan y en realidad es posible que también en griego el vocablo proceda de la antigua Arabia.
En Nebr. designa todavía la aroma preparada con goma de jara; en el mismo sentido dice Oudin «c’est le jus d’une certaine herbe qui sent bon, les Apoticaires le nomment
ladanum... et selon aucuns c’est une viscosité qui vient sur la feuille d’un arbrisseau nommé
cistus, que les Espagnols appellent
xara».
Aut. lo da ya como nombre del extracto de opio, y el mismo sentido tiene evidentemente en la pragmática de 1680, que allí se cita. En hispanoárabe hallamos ya
lâȝan «aromata» en R. Martí (S. XIII), en el almériense Abentarif (S. XII) y otros,
léden y
laudanun en PAlc., todos con el sentido primitivo, conservado también en el Norte de África actualmente (
lâdan o
âdan); vid. Dozy,
Suppl. II, 524
a, y Simonet, p. 288. El suizo Paracelso, a princ. S. XVI, describió con el nombre de
laudanum cierto medicamento eficacísimo que decía formado de oro en láminas, perlas imperforadas y otros ingredientes, pero según el
NED pronto los médicos sospecharon que las curas de que se alababa este tratadista las había obtenido realmente con un preparado de opio, y desde entonces se aplicó a éste el nombre de
láudano (comp. Skeat). Falta de todos modos averiguar por qué dió Paracelso el nombre de la goma de jara a su medicamento. Puede ser que lo eligiera arbitrariamente por su parecido con el lat.
laudandus ‘digno de elogio’; pero también pudo haber una semejanza real en la aplicación médica de las dos sustancias, pues nos consta que hoy en Argelia se aplica el (
l)
adân ‘pasta negra compuesta de varios aromas’ para la prevención de ciertas epidemias; cabe también que hubiera una semejanza en el olor o en otras propiedades. Todo esto está por indagar. Tampoco se conoce la causa de la alteración de
ládano en
láudano; el testimonio más antiguo de esta variante parece ser el que da Raynouard de un texto languedociano de la 1.ª mitad del S. XIV; como antiguamente se halla la grafía
labdanum (así en Cotgrave y en Blount, S. XVII), que podría ser grafía erudita ultracorrecta (quizá por influjo de
λάβƌα, variante muy frecuente del nombre griego de la letra
l), podría
láudano resultar de una pronunciación vulgar española de esta grafía; también cabría contaminación de
laudare ‘alabar’; o teniendo en cuenta que PAlc. da la forma con
u como existente en árabe (aunque es dato muy tardío y sin confirmación), pudo haber contaminación de algún vocablo árabe, especialmente
áȬdan ‘muelle, delicado’, de la raíz
wádan ‘mojar, poner en remojo o maceración’, pero es poco probable en vista del escaso empleo de este vocablo arábigo
1, y de que
ládan en árabe parece haber sido palabra popular y antigua, poco sujeta por lo tanto a contaminaciones. En efecto, Heródoto, el primero en mencionar el
λƲƌανον, dice que los árabes le llaman
λάƌανον, de suerte que la palabra griega vendrá probablemente del árabe preislámico, importado, junto con otros perfumes, de Arabia, tierra famosa por sus aromas (el persa, que Skeat supone fuente del griego, lo recibiría más bien de este idioma o del árabe).