JULEPE, del ár. Ǥullâb íd., y éste del persa gulâb ‘agua de rosas’, compuesto de gul ‘rosa’ y ab ‘agua’.

1.ª doc.: princ. S. XV, Canc. de Baena: Cej. VIII, § 108, y Voc. «Julepe o xarope: potio», Nebr.

No es raro en los clásicos, p. ej., en Tirso1. Figuradamente toma varias acs.: ‘reprimenda, castigo’ (Acad.), ‘trote, cansancio que se causa a alguno’ en Cuba y Santo Domingo (Pichardo, Brito), ‘susto, sobresalto, temor a un castigo’ en el Ecuador, Arg., etc. (M. L. Wagner, RFE X, 78; Payró, Pago Chico, ed. Losada, p. 57). Es vocablo común con los demás romances: port. julepo, cat. julep (J. Roig, n. 2662), oc. ant. julep o jolep [S. XIV: ZRPh. XLVII, 431], fr. julep (Devic, p. 44), it. giulebbe. Օulâb y Ǥullâb se hallan ya en árabe, este último en el hispano R. Martí, S. XIII, traducido ‘jarabe’ (Dozy, Gloss., 293; Suppl., I, 204b).

DERIV.

Julepear ‘asustar’, arg. (Draghi, Canc. Cuyano, p. cxxvi; Montagne, Cuentos Cuyanos, p. 119; A. Córdoba, La Prensa, 22-IX-1940).

1 «Muerte, bien os llaman trago, / pues sois purga que se bebe. / Pero la que receté, / a costa de tantas vidas, / en julepes y bebidas, / por el talión pagaré», La Prudencia en la Mujer, II, iii, ed. Losada, p. 213.