HUÉSPED, del lat. H֊SPES, -էTIS, ‘hospedador’ y ‘hospedado’.

1.ª doc.: Cid.

El lat. HOSPES significaba etimológicamente ‘el que hospeda, anfitrión’: era compuesto de HOSTIS, nombre indoeuropeo del huésped o alojado (después ‘extranjero’ y ‘enemigo’), y P֊TIS ‘dueño’ (más tarde ‘poderoso’): ‘el dueño de un huésped, el que le recibe en su casa’ (vid. Walde-H.); ulteriormente, y a consecuencia de la costumbre antigua de la reciprocidad hospitalaria, el vocablo tomó además el sentido de ‘hospedado’. Ambos pasaron a las lenguas romances, donde el vocablo vive en todas hasta hoy. En la mayor parte, como en cast., se conservaron ambas acs., aunque hoy ha predominado casi exclusivamente la segunda, en el uso cotidiano; la primera se conserva todavía en el refrán hacer la cuenta sin la huéspeda, y es frecuente desde los autores más antiguos (Apol., 141a; J. Ruiz, 1077d, 1249a; APal. 119d) hasta el Siglo de Oro: tan viva es la conciencia que existe del doble sentido del vocablo, que Cervantes se permite emplearlo en los dos sentidos en una misma línea: «Por Dios, respondió el huésped [= el ventero], que es gentil relente el que mi huésped [ = Sancho] tiene, pues hele dicho que ni tengo pollas ni gallinas y quiere que tenga huevos» (II, lix, 226r°); véanse otros ejs. clásicos en Casares, Crítica Efímera, I, 215-241 En cuanto al detalle de la evolución fonética, nuestro vocablo dió huéspede en leonés (hospede en el Fuero de Avilés; hoy güéspede en Colunga), paralelamente al port. hóspede, pero aquella forma, quizá por analogía del plural, muy empleado en este vocablo, se extiende al uso vulgar de gran parte de Castilla, sobre todo Castilla la Vieja, como por lo demás ocurre con trébede y céspede (G. de Diego, RFE III, 303).

DERIV.

Huéspeda [doc. de 1057, vid. Oelschl.]. Hospedar [Cid, Berceo, etc.], de HOSPէTARI ‘hospedarse’ (sólo conservado en castellano, portugués y rumano); hospedado ‘huésped, alojado en casa de alguien’ [Cid]; hospedable; hospedador; hospedaje [APal. 198b], el Cid y Berceo emplean en este sentido hospedado m., Calila (39.680) ospedadgo y Nebr. ospedamiento; hospedante; hospedero [hospedera, en un fuero de 1095, Oelschl.; -ero, h. 1600, Nieremberg]; hospedería [Nebr.]. Hostal [Sta. M. Egipc., vv. 46, 150; Berceo, S. Mill., 27; Mil., 57c; doc. de Sahagún, a. 1232, Staaff 11.4, 6, 9 y passim; Elena y María, RFE I, 57; Alex., 315, 376, 2244; J. Ruiz, 1553c; fuera de Aragón2 se anticuó ya en la Edad Media: falta en APal., Nebr. y en los diccionarios del Siglo de Oro, excepto Covarr., que advierte, sin embargo, que «en castellano» se dice mesón], tomado de oc. ant. ostal ‘posada’, ‘casa’, procedente del lat. HOSPէTALE ‘habitación para huésped’; es probable que lo introdujeran los cluniacenses para los albergues de peregrinos y residencias monásticas (así en el citado doc. de Sahagún); podría venir también del cat. hostal, pero no es verosímil, pues éste significa solamente ‘posada’, y aunque esta ac. se halla en castellano (así o ‘albergue’ en Sta. M. Egipc., J. Ruiz, etc.), es tanto o más frecuente que valga meramente ‘casa’, como en lengua de Oc (así, por ej., en Mil., 57c; Elena y M., Alex.); en todo caso no es palabra autóctona en cast., como lo muestra la síncopa de la vocal interna, conforme a la del cat.-oc. (h)oste y en desacuerdo con la conservación de la misma en huésped; hostalero [Berceo; vivió por más tiempo que hostal, pues se halla todavía en Oudin y en boca de Don Quijote, si bien quizá por afectación de arcaísmo caballeresco], más tarde hostelero, por influjo del fr. hôtelier; hostalaje [J. Ruiz, 1072], a veces la variante afrancesada hostelaje; del mismo origen es el port. estalagem ‘posada, hostería’, ‘cortijo’, de donde el cub. estalaje ‘establecimiento de agricultura, industria y granjería’ (Pichardo). Hostería [1517, T. Naharro; C. de Castillejo; 1547, Pedro de Salazar, desaprobado como italianismo por D. Hurtado de Mendoza; Boscán, al traducir a Castiglione, C. de las Casas y Minsheu lo evitan todavía como palabra extranjera sustituyéndola por mesón: Terlingen, 320-1], introducido del ít. osterìa por los soldados del ejército de Italia; en italiano es derivado del antiguo galicismo it. oste ‘posadero’. Hotel [1855, desaprobado por Baralt; Acad. 1899], del fr. hôtel íd., y éste del citado lat. HOSPITALE; hotelero. Hospital [spital, doc. arag. de 1154, Oelschl.; ospital, Berceo, J. Manuel; «espital de pobres mendigos: proseucha; espital de enechados: orphanotrophium», Nebr.; espital ast., V], duplicado culto del anterior; hospitalario [Acad. ya 1817, aplicado a los caballeros de los órdenes; ya 1869, ac. general]; hospitalero [ant., ‘caballero de la Orden de S. Juan del Hospital’, 1228, M. P., D. L., 87.24; Gr. Conq. de Ultr., 483]; hospitalería; hospitalicio; hospitalidad [h. 1640, Fr. L. Muñoz]; hospitalizar. Hospicio [espiçio, h. 1310, Vida de S. Ildefonso, 19; ast. espiciu, V], tomado del lat. hospĭtĭum ‘alojamiento’; hospiciano. Inhóspito; inhospitalario; inhospitalidad.

1 La ac. ‘hospedado’ puede atenuarse ocasionalmente hasta convertirse en ‘invitado (a una fiesta)’, p. ej.: «¿No preguntáis al marqués / por las güéspedas que tuvo? / FILIPO: Ya vi quán galán estuvo, / puesto que siempre lo es», Lope, El Marqués de las Navas, v. 902.―

2 Allí se conservó maestre de hostal, como nombre de un dignatario de la casa real aragonesa.