HURACÁN, del taíno hurakán íd., sobre cuya procedencia ulterior no existe acuerdo entre los americanistas.
1.ª doc.: furacan, 1510-15, P. Mártir de Angleria; huracan, 1526, Fz. de Oviedo.
Alfredo Chavero, Memorias de la Acad. Mexicana III (1886), 29-36, lo relacionó con el maya Hunrakan, «el más grande de los dioses»; detenidamente justificó esa tesis R. Lehmann-Nitsche, Rev. del Museo de La Plata XXVIII (1924), 103-1452, mostrando que Hun-r-akan, propiamente ‘una su pierna’, ‘el dios de una sola pierna’, designaba en maya una deidad representada en el firmamento por la constelación del Carro u Osa Mayor, que en aquellas latitudes tiene el timón en posición vertical debajo de la cabeza, recordando la figura de un hombre cojo. Ahora bien, en el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, Hun-r-akan está asociado con dos figuras mitológicas que intervienen en la dirección del tiempo atmosférico. Por otra parte es un hecho que Iroucan designa al Diablo o a un Mal Espíritu entre los caribes, como ya nos atestigua Biet en 1664; y el propio Oviedo parece aludir a la misma relación entre el huracán y un ser sobrenatural del mismo nombre en su frase «cuando el demonio los quiere espantar, promételes el huracán, que quiere decir tempestad». En estos hechos y en otros razonamientos mitológicos se funda Lehmann-Nitsche para creer que el taíno hurakán era propiamente el nombre de este numen, que los indios de Haití habían tomado de un dialecto maya de Yucatán.
Por otra parte, Georg Friederici en su libro más reciente, y teniendo en cuenta los varios estudios precedentes, llega a la conclusión de que este préstamo «no parece estar justificado, y en todo caso no ha sido demostrado». Parece fundarse el americanista alemán en el fundamental trabajo de C. H. de Goeje (Journal de la Soc. des Amér. de Paris, N. S., XXXI, 1939, p. 12), lingüista especializado en el estudio de los dialectos caribes, y que ha publicado la síntesis más completa y moderna de las investigaciones comparativas sobre el vocabulario taíno; afirma Goeje que el taíno hurakán está emparentado con las formas ka-uri y iualu ‘huracán, tormenta’ de dos dialectos caribes, procedentes de uli, origa-hu y waru, que en otros idiomas de esta familia significan ‘negro’, ‘oscuro’ o ‘noche’, y declara «je n’ai pas trouvé de justification pour l’opinion de quelques savants qu’il y aurait un rapport entre taïno hurakan et maya Hurakan un nom du dieu ‘Coeur du Ciel’».
DERIV.
Huracanado.
1 Para completar agréguese B. de las Casas, Apol., p. 95a; huracan sale ya en esta forma en texto alemán de 1594; después se ha generalizado allí la forma orkan, de origen holandés (Mulertt, ASNSL CXXXIX, 218-20).― ↩
2 En alemán en Iberica (Hamburgo), III (1925), y resumido en Atti del XXII. Congresso degli Americanisti, 1928, II, 201-6. Con la aprobación de Schuller, Archivos del Folkl. Cub. IV, 113-8; D. Alonso, RFE XIII, 76-77; H. Ureña, RFE XXII, 182, e Indig., 114; A. Alonso, RFH III, 218n.; König, BhZRPh. XCI, 153-4. Schuller sólo discrepa en el sentido de que no sería préstamo del maya al taíno, sino palabra de origen común por los muchos elementos afines que tendrían los dos idiomas [?]. ↩