HOBACHO, aplicado al que por tener muchas carnes es flojo y capaz de poco trabajo, origen incierto.

1.ª doc.: «hobacho: en griego, cacohylos», Nebr.

Deberá leerse cacochylos, gr. κακóχυλος, sinónimo de κακóχυμος, ‘indispuesto por el exceso de malos humores o jugos fisiológicos’; es de las pocas palabras del diccionario de Nebr. que suprimió PAlc. en su diccionario, por no conocer el vocablo castellano e ignorar el sentido de la equivalencia griega. C. de las Casas (1570) traduce «stal(l)ero, impoltronito», es decir, ‘emperezado, perezoso’; stallero no es palabra conocida, pero deriva evidentemente de stalla ‘cuadra, establo’, y quizá signifique ‘flojo por excesiva permanencia en el establo’. Para Percivale (1591) sería palabra de origen arábigo y significaría «a greasie, foggie jade, unable to doe service; by metaphor a heavie, idle and lubberly fellow», ‘rocín gordo e inflado, inapto para prestar servicio; figuradamente, sujeto pesado, holgazán y torpe’; para Oudin hobacho y hobachón (1607) son equivalentes de haragán. Covarr. (1611) define hobachón «el que teniendo muchas carnes es floxo, y para poco trabajo, como la bestia sustentada con harina de las habas que engorda, y cobra muchas carnes, pero son floxas y con poco trabajo suda y se cansa» (es innecesario discutir esta arbitraria derivación etimológica de haba). Aut. registra los dos adjetivos, primitivo y derivado, con la definición «dexado y floxo por falta de exercicio u trabajo, y que se mueve con dificultad y fatiga; lassus, laxus, deses, ignavus, cacochilos» y da un ej. de cada uno: «sus gentes mucho había torpes y ociosas, / hobachas y de guerra desusadas», en la traducción de la Eneida por Hernández de Velasco (1555), y «los que se andan hobachones no tienen experiencia de cosas, y assí nunca estiman el bien» en Espinel (1618), pasaje donde Gili y Gaya traduce ‘dejado y flojo’ (éd. Cl. C., 263). La Acad. (ya 1843) ha preferido la definición de Covarr. y califica de anticuado el primitivo hobacho. Pero no lo está en las Antillas: en Cuba, Pichardo registra la pronunciación vulgar jobacho (p. 155), y Martínez Moles la confirma diciendo que «se aplica a los animales de servicio, cuya gordura y mucho tiempo sin trabajo los hacen impropios para duras faenas»; Henríquez Ureña (BDHA V, 63, 139, 143) dice que hobachón y hobacho se pronuncian con h aspirada en Santo Domingo y equivalen a ‘pesado de cuerpo’.

No parece haber nada parecido en otros romances, pues es dudoso que el brasileño foba, especialmente usado en Bahía (Fig., Lima-B.), ‘medroso’ ‘perezoso’, ‘necio’, tenga el mismo origen. Nadie ha estudiado la etimología, a no ser la Acad., que propone (ya en 1884) derivar del ár. habáyyaǤ ‘joven obeso y delicado’. Este vocablo es ajeno a casi todos los diccionarios árabes (Belot, Dozy, R. Martí, Beaussier, Probst, Fagnan; tampoco lo hallo en PAlc., Bocthor, Lerchundi, etc.), pero Freytag dice que según el Qamûs es lo mismo que habáyyaȟ, vocablo que a base de la misma fuente define él «iuvenis delicatus, mollis, pinguis; stolidus, languidus; is in quo nil boni est, nequam», y el femenino habáyyaȟa significaría «lactans mulier; mollis, pinguis, delicata femina» según el Qamûs y el ?auharí. Por muy notablemente que coincidan estas definiciones con el sentido de hobacho, claro está que es imposible fonéticamente derivar el uno del otro vocablo. Como no existe una raíz h-b-ȟ, pero sí h-b-Ǥ, y el significado de ésta (‘hinchar un miembro’, ‘tumor’, ‘malhumorado, insoportable’) concuerda con el del vocablo arábigo que nos interesa, es probable que la única forma correcta sea habáyyaǤ (la lectura de ȟ por Ǥ es muy fácil, puesto que las dos letras sólo se diferencian por la posición del punto diacrítico), y sería posible que hubiera existido un adjetivo *hubâǤ o *hubbâǤ con el mismo significado que habáyyaǤ, pues aquellos tipos de adjetivos son bastante frecuentes para indicar cualidades personales (Wright, Arabie Grammar I, § 232, n.° 10, y § 233, Rem. b), el segundo con carácter intensivo. Es más, la forma habáyyaǤ es algo extraña morfológicamente: el único tipo formativo algo análogo que conozco, es el de ciertos diminutivos, pero entonces deberíamos admitir que el vocablo está mal vocalizado y que debe leerse hubáyyiǤ; ahora bien, éste sería precisamente el diminutivo que corresponde a un adjetivo *hubâǤ, como p. ej. ġuláyyim es diminutivo de ġulâm ‘muchacho, esclavo’ (Wright, I, § 278). Luego hay vagos indicios de la existencia de un *hubâǤ ‘obeso y delicado, lánguido e inútil’, que explicaría perfectamente el cast. hobacho, pues el Ǥ en final de vocablo se pronunciaba como la ch castellana. Aunque la raíz h-b-Ǥ no es ajena al árabe vulgar (Dozy, Suppl. II, 744a) el caso es, de todos modos, que el vocablo arábigo que nos interesaría como étimo no está documentado, y mientras no pueda apoyarse mejor su existencia, esta etimología debe mirarse como sumamente incierta. Tanto más cuanto que no sería imposible hallar alguna explicación romance.

Se ha supuesto que como derivado del adjetivo germano-latino FALVUS (REW 3174) se formara en España *FALVARIUS, de donde el cast. (h)overo y el port. fouveiro ‘(caballo) remendado o amarillento’. Por desgracia esta etimología es incierta, entre otras razones porque no se ve la causa de la formación de este derivado en -ARIUS. Más fácil sería que se formara en el romance bético pre-islámico un *FALVACEUS, con carácter peyorativo, que habría dado regularmente *faubacho en mozárabe y de ahí hobacho en español: la etimología podría apoyarse en la aplicación a caballos documentada por Casas, Percivale y Martínez Moles, y se habría aplicado primero al animal de color amarillento sucio por demasiada permanencia en el establo, para pasar después al hombre entrado en carnes e inútil por falta de ejercicio1. Claro está que también esta etimología es excesivamente hipotética para reconocerle alguna seguridad.

DERIV.

Hobachón (V. arriba). Hobachonería. Ahobachonado [Aut.].

1 Fonéticamente la -b- de hobacho correspondería bien a la de la grafía hobero de Nebr. Comp. el rouergat faubet «infirme, raide des membres» (FEW III, 403a), otro derivado de FALVUS.