HISOPO, ‘mata olorosa de la familia de las labiadas’, ‘aspersorio’, tomado del lat. hyssōpum ‘hisopo (planta)’, y éste del gr. Ǫσσωπος íd., que a su vez es de origen semítico; la segunda ac. se explica por la costumbre de emplear hacecillos de hisopo para hacer el aspersorio.

1.ª doc.: ysopo, Berceo, S. Dom. 348a.

Figura también, en el S. XIII. en la Gral. Estoria (M. P., Yúçuf, linea 117), en Nebr. («isopo o culantrillo de pozo: hysopus; isopo umido, afeite de mugeres: esopum; isopo para rociar: hysopum») y en Rob. de Nola (p. 12). Ejs. de ambas acs., desde el S. XVI, en Aut.1. La segunda, que es ya la de Berceo, se halla en port. hissope (frente a hissopo ‘planta’), y no es ajena a la lengua de Oc (oc. ant. isop)2 ni al catalán (hisop, recogido en esta ac. en Tor, Alto Pallars, aunque lo normal en este idioma es salpasser), se explica por la costumbre de purificarse con sangre de cordero rociándose con hacecillos de hisopo, de la cual da cuenta San Isidoro: «in Veteri Testamento per hyssopi [isopi en varios mss.] fascículos aspergebantur agni sanguine qui mundari volebant» (Etym. XVII, ix, 39); hasta hoy sigue empleándose un manojo de ramitas en ciertas bendiciones solemnes (Acad.), y Berceo nos dice que el sacerdote «con ysopo de yerva todo lo ruciava» (Sacrif. 87d); acerca de esta cuestión V. además Amunátegui, BRAE XIV, 659; y para la extensión geográfica de este término eclesiástico, Jud, Geschichte der Bündnerromanischen Kirchensprache, p. 44. Para el semítico êzôb, vid. Lagarde, Armen. Studien (Abh. d. Gesell. d. Wiss. zu Göttingen XXII), § 794. De acuerdo con las citadas variantes latinas, el vocablo tiene s sonora en lengua de Oc, catalán y en castellano antiguo, según se aprecia por las grafías de Berceo y Nebr. y por la pronunciación actual de los pueblos extremeños que distinguen (Espinosa, Arcaísmos Dial., 196). Existe una variante vulgar guisopo, ya documentada en el Quijote (I, xxiv, ed. Cl. C. II, 282), y hoy viva no sólo en Cespedosa (RFE XV, 146), Extremadura y Murcia, sino general en castellano vulgar, según G. de Diego, RFE VII, 386; guisope ya en Torres Naharro (V. el índice de Gillet). Se explica por una tendencia a consonantizar la i- inicial, que ha dado lugar a variantes como Guisabel y guierro en Andalucía y en muchas partes. En cuanto a hisopo húmedo (ya documentado en Nebr.) ‘mugre de la lana de oveja, que después de evaporada se emplea como ungüento’, viene del lat. oesǰpum, gr. οƴσυπος íd., confundido popularmente con hisopo.

DERIV.

Hisopillo. Hisopear, o hisopar. Hisopada, hisopadura o hisopazo (vid. Amunátegui, BRAE XIV, 661).

1 Además: «duermo / con el padre sacristán / entre duçientos calderos / de agua bendita y de ysopos», Lope, Marqués de las Navas, v. 1990.―

2 Así ya en la segunda mitad del S. XII, en Peire d’Alvernhe (RF XII, 897).