HERRÉN, del lat. vg. FERRGO, -AGէNIS, lat. FARRGO, -AGINIS, íd.

1.ª doc.: ferraine, doc. de 865 (copia del S. XI), doc. de 997, etc.; ferrén, 1096.

Para antiguas formas documentales vid. M. P., Oríg., 87-88 (añádase feren, doc. de 1232; ferren, 1245, Staaff, 11.6, 27.5). Herrén se halla ya en J. Ruiz, 1092b, Nebr., etc. Vid. variantes locales en GdDD 2692. En latín la forma con E aparece en la Mulomedicina Chironis y en glosas: se debe a la etimología popular FERRUM y es general en los descendientes romances (port. ferrã, oc. ferratge, it. ferrana, etc.). Todas estas formas, como la latina, son femeninas, y lo era herrén en el castellano medieval (otra ferrein, alia ferrein, S. XII o primera mitad del XIII, nuestra ferrein, la ferrein, 1284, en M. P., también en el doc. de 1245 publicado por Staaff, y todavía en APal. «que impescere sea lançar dentro de las herrenes crescidas el ganado para que se apasture», 216d). De ahí que hoy en Cespedosa se diga ren (< l’arrén) la finca que queda entre las casas del pueblo (RFE XV, 269). Formas divergentes, herrán en doc. riojano de 1242 (M. P., Oríg., p. 226), ferrán doc. leonés de 1250 (Staaff, p. 321), ferraina ‘forraje’ en el Valle de Tena y otros lugares del Alto Aragón (M. P., Oríg., p. 88, n. 1). El género masculino moderno, ya registrado por Aut., obedece a una tendencia general del castellano en las palabras en -én (llantén, andén, y en América sartén). Herén que la Acad. registra ya en 1843 como sinónimo de ‘yeros’ se debe seguramente a la mala interpretación de un documento antiguo.

DERIV.

Herrenal [ferreinale, 1056, Oelschl.; otros testimonios arcaicos, en M. P., Oríg., p. 88] o herreñal. Herrenar.