HELGA, ‘argolla, armella’, ant., del ár. Ʌílqa íd.

1.ª doc.: 1585, López Tamarid, citado por Covarr.

Acad. 1817 da la forma alhelga como anticuada, y helga con la misma definición; en las últimas ediciones del mismo diccionario sigue haciéndose lo mismo en este último artículo, pero se ha suprimido el primero. Ni Covarr. ni Aut. dan muestras de conocer el vocablo por otra fuente que por Tamarid. Parece haber sido siempre palabra rara. En cambio, debió de arraigar en portugués1; de ahí debió de pasar al gall. alferga ‘dedal’ (Sarm. coplas de 1746), como voz especial de sastres y costureras (CaG. 58v); lo común, aun en gallego, es dedal, aunque el dedal sin tapa es sólo alferga (V. más citas en DAcG. y Crespo Pozo, p. 424); alfergueta ‘tira de cuero que emplean los marineros como protección de la mano para coser’ (DAcG). Alfonso el Sabio citó alhelca, pero sólo como palabra árabe (Eguílaz, 190). En árabe clásico es Ʌálqa, pero las fuentes hispánicas (R. Martí, PAlc.) traen Ʌílqa (comp. Dozy, Suppl. I, 317a); Steiger, Contr. 257.

1 Aunque modernamente alferga sólo se ha registrado ahí como voz provincial y en el sentido secundario de «medida de simiente de sirgo [gusano de seda]». Las acs. que da a felga Fig. indican que ésta es palabra de otro origen, quizás el que él indica (véase).