HEBÉN, adj. aplicado a una variedad de uva insípida, blanca, gorda y vellosa, parecida a la moscatel en el sabor, la cual forma el racimo largo y ralo, y extendido figuradamente a todo lo que es de poca sustancia o fútil; origen incierto, quizá del ár. Ʌában ‘hidropesía’.

1.ª doc.: 1513, Gabriel A. de Herrera, aplicado al viduño que la produce.

Explica Aut. que es «algo dulce». En el sentido figurado es palabra favorita de Quevedo: «―Por Dios que entendí que hablaba conmigo, y es sólo contra los poetas hebenes. ―Cayóme muy en gracia oírle decir esto, como si él fuera muy albillo o moscatel» (Buscón, ed. Cl. C., p. 120), «entre nosotros nos diferenciamos con diferentes nombres: unos nos llamamos caballeros hebenes; otros, hueros...» (ibid., p. 157); en las Premáticas vuelve a condenar a los poetas chirles y hebenes (Cl. C. LVI, 49). No conozco otras fuentes lexicográficas que Aut. que den datos propios acerca de este vocablo. Tampoco existen estudios etimológicos.

Sólo Eguílaz y Yanguas, p. 422, afirma que viene del lat. ĕbĕnum ‘ébano’, lo cual es imposible fonéticamente (por el acento y la falta de -o) y parece infundado en el aspecto semántico, pues si bien el autor afirma que la uva hebén es negra, esto sólo es cierto en cuanto a una variedad, la uva hebén prieta o palomina, mientras que la hebén típica, única que menciona Aut., es precisamente de color blanco. La vaga semejanza con lat. HEBES, -ĔTIS, ‘boto, obtuso’ es puro sonsonete, naturalmente, aunque no estemos enteramente seguros de que la h- de hebén era aspirada.

Más razonable es la etimología propuesta por la Acad. en 1884, ár. Ʌában ‘hinchazón con agua’, dado el gusto aguanoso de la uva hebén. բában significa, en efecto, ‘hidropesía’, ‘acto de ser hidrópico’, según Freytag, «hydropisie, enflure causée par l’épanchement des eaux», según el egipcio Bocthor, junto al cual existe Ʌabîn ‘hidrópico’ (Freytag, Bocthor), maɅbûn ‘hidrópico’ (Bocthor); como la î de Ʌabîn, lejos de consonantes enfáticas, no explicaría la é de hebén, habría que partir del sustantivo Ʌában ‘hidropesía’, adjetivado, lo cual no sería demasiado difícil de comprender. Más escrúpulo causa lo aislado de este vocablo arábigo, no confirmado por la mayoría de las fuentes vulgares1. El traslado de acento en estas condiciones sería normal en el habla vulgar de España, y lo mismo cabe decir del cambio de a en e. La comparación semántica con poeta chirle y aguachirle presta cierto apoyo a esta etimología.

1 Hay verbo Ʌábin ‘ser hidrópico’, pero es derivado del sustantivo; fuera de esto no hay raíz arábiga correspondiente. Freytag no cita fuentes. Y el vocablo falta en Dozy (Suppl.), Beaussier, Belkassem, Fagnan, Lerchundi, R. Martí y PAlc. (que da manfóȟ, propiamente ‘hinchado’, como traducción de idrópico).