HAMEZ, ‘especie de cortadura que se les hace en las plumas a las aves de rapiña por no cuidarlas bien en punto a alimentos’, origen incierto, quizá arábigo.
1.ª doc.: 1611, Covarr.
Se lee en este léxico «hameces, las cortaduras de las plumas de las aves de rapiña, género de enfermedad en ellas por mal governadas de comida: el nombre es arábigo, aunque no sé su raíz». De ahí pasó a Aut., que lo cataloga como femenino. No conozco otras fuentes (falta en los glosarios de los libros de cetrería de Juan Manuel y López de Ayala). Según Dozy, Gloss. 285, trataríase de una metátesis de mahîȓ ‘roto’, participio pasivo de hâȓ ‘romper, quebrar’, que es el verbo que se aplica a la quebradura de las alas; el sabio orientalista cita, en efecto, testimonios de este uso y del participio ǤanâɅ mahîȓ ‘ala rota’, y en el Suppl. II, 774b, agrega mahîȓ en el sentido de ‘aquel cuyas alas se han roto’. No habría dificultad fonética, pues es normal que î pase a e ante una enfática, y el cambio de -ȓ en -z está en regla; faltaría probar que la metátesis se produjo en efecto. La Acad. (1884) propuso ȟamîɊ ‘extenuado de hambre’, palabra clásica que bien pudo ser de uso vulgar, puesto que R. Martí recoge su raíz ȟ-m-Ɋ en el sentido de «attenuare». También es posible, y no hay razón clara para preferir una u otra de estas etimologías. La idea de Eguílaz (p. 420) de que sea derivado del lat. FAMES ‘hambre’ no es aceptable, pues no explicaría la terminación.