GÓNDOLA, ‘embarcación pequeña de recreo usada principalmente en Venecia’, del it. góndola íd., probablemente tomado del b. gr. κοντούρα ‘pequeña embarcación de transporte’, femenino de κóντουρος ‘corto, rabón’ (compuesto de κοντóς ‘pequeño’ y οȔρά ‘cola’).
1.ª doc.: Covarr.; 1634, Lope, Gatomaquia.
En una palabra, la etimología de Diez y de B. E. Vidos no puede sostenerse, mientras que la explicación por una creación expresiva es aceptable y no habría necesidad de buscar otra. Sin embargo, los esposos Kahane en un artículo reciente (RPhCal. V, 174-7 y en Hom. a Tovar, 1972, 22) prueban en forma convincente que la realidad fué diferente. El b. gr. κóντουρος ‘rabón, corto’ (compuesto del griego κοντóς ‘pequeño’ y οȔρά ‘cola’), sustantivado en su forma femenina κοντούρα, aparece a med. S. X como nombre de una embarcación más pequeña que la galera, capaz de llevar solamente la mitad o la cuarta parte de las tropas que lleva ésta. La forma arromanzada condura aparece, también en el Adriático, en numerosas fuentes de los SS. XIII-XIV, designando una embarcación parecida, y por el mismo tiempo aparecen también las variantes gondora y gondola. La demostración es punto menos que concluyente.
Único detalle que no resulta bien claro es el traslado del acento, para lo cual no basta el influjo del sufijo -ola, pues este sufijo es tanto o más frecuente con el acento en la o. Sin embargo, tratándose de un extranjerismo pudo haber influjo de alguna palabra autóctona que explicara este cambio; sea nombres de partes de esta embarcación, como còrbolo «tavola della gondola» o nómbolo «fasciame della gondola» (Diz. di Mar.), sea del lat. CONDȷLUS ‘anillo, argolla’, que tanto se parecía, y que por lo menos en Cataluña designa la argolla del timón de las barcas (hoy góndol, y gondo ya documentado en 1489, vid. Homen. a Rubió i Lluch III, 295). Lo más probable, sin embargo, me parece que el traslado acentual se deba al influjo secundario de dondolare ~ gongolare, que aunque no constituyan el étimo histórico, actuaron, sin embargo, de etimología popular.
De Italia emigró esta voz a todos los idiomas modernos que la emplean; y aun el cat. ant. gróndola, documentado con frecuencia desde el S. XIII (Terlingen), procederá también del italiano. En español el vocablo tomó además el sentido de ‘carruaje en que viajan juntas muchas personas’ (Acad. ya 1843), hoy especialmente chileno, con aplicación a los ómnibus automóviles de las ciudades de aquel país.
DERIV.
Gondolero.