GUAYACÁN, ‘palo santo, Guaiacum officinale, árbol de la América tropical’, del taíno.

1.ª doc.: 1524, texto alemán referente a América; 1526, Fz. de Oviedo.

Friederici, Am. Wb., 284-5; Lenz, Dicc. 288-9; Hz. Ureña, Indig., 117, 119. Los cronistas de Indias emplean unánimemente la forma guayacán, y Oviedo en 1526 atestigua formalmente que es la palabra empleada por los indios. En francés se halla ya en Rabelais la forma mutilada guayac, de donde pasó el vocablo al latín de los farmacéuticos en la forma guaiacum, y de ahí se tomó el cast. guayaco [Castillejo, 2.º cuarto S. XVI, Fcha.; Laguna, 1555], preferido desde entonces por la Acad. Sin embargo, en toda América la forma guayacán es la popular (Malaret da sólo referencias vagas de guayaco). En Chile y la Arg. el nombre pasó a aplicarse a un árbol diferente, la Caesalpinia melanocarpa. En Cuba se ha aplicado al duro, peso o moneda de cinco pesetas (Ca. 227), por la dureza de la madera del árbol.

DERIV.

Guayaco (V. arriba). Guayacol.