GUAPO, ‘chulo, rufián’, más tarde y hoy en América ‘valiente’, en España ‘bien parecido’, procede en último término del lat. VAPPA ‘vino insípido’, ‘bribón, granuja’, probablemente por conducto del fr. ant., dial. y jergal wape, gape, gouape, ‘soso’, ‘bribón’, ‘holgazán’; el vocablo sufrió en su inicial el influjo del germ. HWAPJAN ‘echarse a perder, volverse agrio’.

1.ª doc.: Quiñones de B. († 1651).

Tiene el sentido de ‘chulo, rufián’ en este autor, donde hablando del Verano o primavera y del Invierno, leemos «juntos caminan los dos, / y mirándose a lo zaino, / en la Venta de Viveros / con sus marcas encontraron: / Mari-Flores, la de Andújar; / Mari-Nieves, la de Campos; / hembras que arden y tiritan / por la virtud de sus guapos» (ed. Cotarelo, p. 787); análogamente en Bartolomé de Góngora (a. 1656) «camarada de los guapos que estaban echando tragos y valentías» (Rz. Marín, Un Millar de Voces Castizas, s. v. guapería). Es sabido que hoy guapo es en España la expresión más popular de la idea de ‘hermoso’ [fin del S. XVIII: L. Fz. de Moratín]1 (así también el castellanismo cat. guapo, muy arraigado ya, aunque reciente)2, quizá pasando por la noción vecina ‘ostentoso, galán y lucido en el modo de vestir y presentarse’ [Aut.], que es también portuguesa; el paso de ‘chulo’ a ‘galán, bien vestido’ y luego ‘bien parecido’ es fácil de comprender, comp. una evolución paralela en MAJO (> arag. majo y cat. maco ‘bonito, hermoso’) y en el cat. jergal pinxo ‘elegante’ (< ‘rufián’ < cast. pincho ‘el que pincha, espadachín’)3. Por otra parte, de ‘rufián’ se pasó a ‘valiente’, que es la idea que Aut. considera fundamental («animoso, valeroso y resuelto, que desprecia los peligros y acomete con bizarría las empressas arduas y dificultosas»), y es la que ha predominado en América, y particularmente en la Arg.4, Chile5, Colombia6, Cuba, etc.; también se documenta en portugués desde 1664 (Franco Barreto, en Moraes). De España proceden el logud. y campid. guappu o quappu ‘fanfarrón’ (M. L. Wagner, RFE IX, 263; Spano), y según Zaccaria tienen la misma procedencia el napol. guappo ‘bravucón’ [1674] y mil. guapo ‘ufano’. Otras formas dialectales italianas procederán del francés o directamente del latín: Manfredonia vuappo ‘fanfarrón’ (ZRPh. XLI, 455) y sobre todo Livorno vappo ‘mal sujeto’ y Como vap ‘vanidoso’7.

No puede asegurarse si la voz castellana viene del latín por vía directa o por el francés, pero la temprana aparición en este idioma forma contraste con la fecha tardía de la primera documentación hispánica: el vocablo falta no sólo en los léxicos y autores medievales, sino también en los diccionarios del S. XVII, y todavía está ausente del vocabulario de germanía de Juan Hidalgo (1609)8 y de las poesías germanescas de los SS. XVI y XVII esquilmadas por Hill; por otra parte el cruce del étimo latino con una palabra germánica era más fácil en Francia, y aunque no es imponible que esta raíz existiera en gótico, es inverosímil que este mismo cruce se produjera con carácter independiente en España y en Francia; finalmente en este país es donde hallamos las acs. más cercanas a la etimología. Todo esto indica, pues, que el cast. guapo es un galicismo de la rufianesca.

En el Norte de Francia hallamos wape y gape ‘soso, insípido’ (hablando del pan o de medicamentos) en los picardos Gautier de Coincy (a. 1223) y Reclus de Moliens (1226-30), wape ‘débil, sin fuerzas’ (hablando del estómago) en su paisano Froissart: «quant il ont tant mangiét de char mal cuitte que leur estomach leur semble estre wape et afoiblis» (en Jeanroy, Extraits des Chron. Fr., p. 205; God. IV, 218a), cerca de doscientos años más tarde, y hoy wapp se emplea en Valonia en el sentido de ‘dulzón, de un dulce soso’, ‘aguado, acuoso’; como se ve por esta coincidencia geográfica el vocablo procede del Nordeste de Francia, y de ahí debió extenderse al resto del país, en vista de la conservación de la inicial gw-: parisiense gouape f. y adj. «loustic», «blagueur», «voyou», fr. popular gouaper ‘vagabundear’, «faire le voyou», Anjou gouape «propre à rien», Bresse íd. «fainéant, ivrogne», Bas Maine gouèpe y gouèpeux «mauvais sujet», Saboya gouape «ivrogne» (Sainéan, Sources Indig. I, 342-3), norm. gouaper ‘bromear’, Rouergue gouapo «gourmand, gourmet», prov. gouapo m. «gros bonnet, homme riche, homme grave qui en impose, qui a de l’influence, matador, commandant, chef», «petit maître», «viveur, libertin»; por otra parte: argot du milieu y argot taxi vappe «misère noire» (Spitzer, VRom. III, 1-91).

Los españoles tomarían el vocablo directamente del dialecto valón durante las guerras de Flandes, pero en el argot francés será préstamo directo de los dialectos del NE. y no hispanismo, como se cree generalmente (Bloch, Gamillscheg)9. En cuanto al origen remoto, como el parentesco con el ags. vapul ‘burbuja’, vapolian ‘brotar a borbotones’, neerl. wapperen ‘revolotear, mariposear’, sospechado por Diez (Wb., 177), es muy improbable, por las graves diferencias fonéticas y semánticas, no vacilo en dar la razón por una vez a Korting (9996), que prefería el lat. VAPPA10>. Este vocablo fué primitivamente sustantivo femenino con el sentido de ‘vino insípido, disgustado’ (Plinio) y el secundario de ‘bribón, mal sujeto’ (Catulo, Horacio)11. La coincidencia semántica con las acs. francesas es completa y verdaderamente llamativa. Se trata de una forma abreviada, con reduplicación hipocorística, del lat. VAPIDUSSOSO(Ernout-M., Walde).

Este vocablo latino tenía parentela germánica: a. alem. med. verwepfen ‘acedarse, enmohecerse (una bebida)’, isl. ant. huap ‘carne hidrópica’, gót. afhwapjan ‘ahogar’, ‘apagar’, afhwapnan ‘apagarse’, neerl. -weepsch ‘aguado’, ‘dulzón’; puede descartarse la idea de que el fr. ant. wape proceda de esta familia germánica, pues no se explicaría su terminación en -e, que en esta posición fonética postula inequívocamente un étimo en -A, inexplicable por el germánico. Pero sí podemos creer que la conservación de VAPPA, precisamente en el Nordeste de Francia, es debida al influjo del fráncico *HWAPJAN ‘agriarse, echarse a perder (una bebida)’, cuya existencia nos permiten suponer las citadas formas germánicas; este influjo fué causa al mismo tiempo de que la V- latina se cambiara en W-.

En conclusión, podemos admitir que wape pasó de ‘bebida insípida’ a ‘sujeto inútil’ y de ahí a ‘bribón’ (comp. el fr. vaurien ‘inútil’, ‘granuja’) y finalmente ‘rufián’, de donde las demás acs. españolas.

DERIV.

Guapamente. Guapear [Aut.]. Guapería [1656, B. de Góngora]. Guapetón [Aut.]12. Guapeza [Aut.] o guapura (ast., V). Guapote.

1 Así quizá ya en Sánchez de Tórtoles (a. 1673), pero con cierto sabor jergal: «Era Doña Galatea de las guapazas de rumbo», cita de Aut.―

2 Hoy ya no empleado en la acepción más antigua ‘valiente’ y en ésta no es reciente ni nada peyorativa: «los catalans guapos / los primers seran / que a Carlos III / per rey lograran / y lo mantindran / ab poderós bras» en un romance patriótico impreso en 1707, Milà, Romancerillo, ed. 1853, p. 86.―

3 Me aparto de la explicación semántica que busca Francisco Ayala (Histrionismo y Representación, pp. 108-9; La Nación de B. A., 1-IX-1940) a ‘valiente’ > ‘hermoso’, como indicación púdica e indirecta de la idea de hermosura por parte de un pueblo que quiere subordinar a toda costa los valores estéticos a los morales. La vida semántica de este vocablo popular y moderno se ha desarrollado en ambientes más bajos y por móviles menos idealistas.―

4 Ejs. en José Hernández, M. Fierro I, v. 591; y en la Instrucción del Estanciero; cita de Tiscornia, en su ed. de aquella obra, p. 31. Más ejs. argentinos y españoles en las varias acs. del vocablo, en esta obra, p. 424.―

5 De todos modos nótese que la ac. más peyorativa ‘fanfarrón’ no es ajena a América, pues guapear en Chile es ‘echar baladronadas’ (Román).―

6 «¡Soy Aquiles Vácares, veterano de Venezuela, guapo pal plomo y pa cualquier hombre!», Rivera, Vorágine, ed. Losada, p. 194.―

7 Es poco atractiva la idea de Prati y Vidossi (AGI XXV, 72) de que guapo sea palabra procedente del italiano, en vista de la documentación puramente dialectal, jergal y moderna en este país.―

8 El adjetivo uapo pertenece al léxico de los sefardíes de Marruecos (BRAE XIII, 524), pero esto no significa que lo llevaran de España al ser expulsados, pues los judíos de este país han permanecido más en contacto con la madre patria que los de Oriente.―

9 Del francés, más que directamente del latín, vendrá el vco. bapo, que es ‘fanfarrón’ en b. nav., ‘elegante, guapo’ en guip. y vizc. y se emplea también adverbialmente «muy bien, excelentemente».―

10 A pesar de la desaprobación de Schuchardt (ZRPh. XXVIII, 135). Pero Schuchardt se fundaba en una supuesta tendencia general en las palabras de esta índole a cambiar en peyorativos significados primitivamente favorables, tendencia contradicha por centenares de ejemplos opuestos; y se funda en las premisas de que el vocablo era procedente de España y aquí tuvo primitivamente significado laudatorio ‘valiente’, ‘hermoso’, premisas ambas que hoy sabemos son falsas. El hecho de que en el argot francés entraran vocablos militares traídos de Oriente por los cruzados, obliga a no desechar demasiado deprisa la idea de que el fr. jergal y dial. gouape ‘fanfarrón, libertino’ ‘borracho’, etc., tenga algo que ver con ciertas palabras del Oriente indoeuropeo. Se puede pensar en las siguientes: A) el hitita wappija- ‘ladrar’ (para cuya parentela onomatopéyica o indoeuropea, vid. Benveniste, Hittite et Ieur. 1962, p. 125 y cf. hit. wappu- ‘margen de un río, rambla seca’, Pokorny, IEW 1149.27); B) ave. gático (vī-)vāpaiti ‘destruir, devastar’, ave. tardío wī-vāpa- ‘destrucción, devastación’ ‘resultante de una destrucción’ (Bartholomae, Air. Wb. 1346, 1452), scr. vápati «strew» ‘esparce (semillas)’, véd. nìvapate «lay low» (RV II, 33.11), de donde el deriv. scr. vá’ra ‘montón (de tierra)’, persa med. vafr, persa mod. barf ‘nieve’, y ya vafra- m. en el Avesta (‘nieve’ según Bartholomae 1347, ‘masa de agua’ según Reichelt, Air. Handbuch, § 703), Pok., IEW 1149.31; C) scr. vapús n. «beautiful appearance» ‘hermosura, forma, maravilla’ y adj. ‘hermoso, admirable’, cuyo derivado vapuɊyā ‘hermosa (mujer)’ ya está en el Rig Veda I, 160.2 (comparación del mundo creado por Dios con una mujer vapuɊyā); D) ruso ant. vapĭ f. ‘hermosura’ (el deriv. vapno es además pol., checo), prus. ant. woapis ‘hermosura’, lit. vãpe ‘barniz’. Todos estos enlaces han de quedar por ahora muy inciertos, los unos por falta de eslabones intermedios y por la poca extensión en indoeuropeo (el origen y parentela de d son enteramente inciertos según Vasmer), los otros por la vaguedad de la coincidencia semántica. Ésta sólo llama la atención en el caso de C y D, pero justamente los datos romances parecen indicar que la ac. ‘hermoso’ es secundaria; por otra parte ni siquiera hay indicios bastantes de que el scr. vapús tenga que ver con d (Pok., IEW no recoge el uno ni el otro, y Vasmer no se refiere para nada al sánscrito) ni con b (Walde enlaza vapús con otro verbo sánscrito vapáti ‘esquilar, cortar la hierba’ y con el lat. uepres ‘mata espinosa’, suponiendo ‘corte’ > ‘belleza’, idea aventurada que Ernout-M. rechaza, y además este otro verbo sánscrito es mucho más raro).―

11 Además el vocablo figura en muchas glosas: traducido ƺξίνας ‘agrio’ en el CGL II, 204.36; III, 315.48; traducido ȗƌαρƲς ‘aguado’ en II, 461.59, y en un gramático (Keil VII, 174.14); glosado «nugator, nihil», es decir, ‘un inútil’, ‘pataratero’, en CGL V, 488.27.―

12 Ejs. argentinos en el sentido de ‘valiente’: A. del Campo, Fausto, v. 492; Ascasubi, S. Vega, v. 4309.