GUADAMECÍ, ‘cuero adobado y adornado con dibujos de pintura o relieve’, antiguamente cuero guadamecí, como adjetivo, del ár. Ǥild ġadāmasî ‘cuero de Gadámes’, ciudad de Tripolitania donde se preparaba este famoso artículo.

1.ª doc.: Cid, v. 88.

Dozy, Gloss., 280-1; M. P., Cid, 711; Neuvonen, p. 133. Más documentación en Aut., Cej. (Voc.), Oelschl., W. Schmid y Fcha.1 Además de la ac. corriente, significó ‘tapiz de cuero dorado’ (Quijote II, lxxi, 270; Oudin, Victor, Moraes). El cambio de gad- en guad- se explica por influjo del gran número de nombres de lugar arábigo-españoles que empiezan en Guadal-; a la misma razón se debe la variante guadalmecí [Cid, v. 87]; hay además las formas guadamací [Espinel], guadamacil [Pragmática de 1627; Aut.], guadamecil [ms. bíblico I·j·3, ¿S. XIV?, en Neuvonen] y otras menos frecuentes. Cueros guadameçiles, con valor de adjetivo, figura en un pasaje de este último texto. Para un literato granadino de 1601 guadameçir era la forma de Castilla frente a guadamecil de Andalucía, BRAE XXXIV, 370; más variantes antiguas en Alvar, Fuero de Sepúlveda, 738. No hay razón alguna (contra lo que apunta Neuvonen) para creer que el portugués guadamecim y el cat. guadamassil, -messí2, se tomaran del castellano, pues la alteración en gua- era muy natural que se produjera espontáneamente en todas partes; por el contrario, los datos que tenemos de la fabricación del guadamecí en España se refieren a Barcelona y Valencia, y a fecha tan antigua como 1316.

Ya en 1817 incluía la Acad. un artículo «guadameco: cierto adorno que usaban las mujeres»; no conozco dato alguno de tal vocablo, y cabe sospechar una errata de lectura en vez de guadamecí.

DERIV.

Guadamacilero. Guadamacilería.

1 Agregúese guadamací, invent. arag. de 1381 (BRAE IV, 351); guadamezir, en el testamento de Fernando de Rojas, a. 1541 (RFE XVI, 378). Se trató también del asunto en RABM, 1871, 288.―

2 «Un guadamací en lo bust de Sen Tomàs de Vilanòva», hablando de una sacristía, en el valenciano M. Gadea, Tèrra del I, 351.