GRAVA, ‘arena gruesa, guijo’, ‘piedra machacada con que se afirma el piso de los caminos’, tomado del cat. grava íd., palabra del mismo origen prerromano que oc., retorrom. e it. sept. grava, fr. grève íd.

1.ª doc.: Terr.

Dice este autor «grava llaman en Valencia, Cuenca, etc., a la arena gruesa... en castellano se llama también glarea, greba, arena gruesa, y Covarr. le da el nombre de casquijo». Acad. ya 1884, no 1843; Pagés cita ej. de Echegaray (1833-1916). En castellano casi únicamente es vocablo de camineros; desconocido del portugués. El catalán de Barcelona lo emplea sobre todo en el mismo sentido que el castellano, y el vocablo cuenta allí con escasos documentos antiguos1 y con muy pocos derivados, de suerte que podría dudarse de su autoctonismo. Pero al menos en catalán occidental parece tener raíces más populares, pues lo he anotado en Castelldans (Bajo Urgel) y en Tavascan (Alto Pallars) en el sentido de ‘arena’, gravassada significa ‘chaparrón’ en esta última localidad, y gravera ‘cantera de arena o de grava’ en Castelldans y en la Granadella; pedra gravolosa ‘piedra granulosa’ en Urtx (Cerdaña). Es vocablo bien arraigado en el Norte y Sur de Francia; en retorrománico llega hasta el Friul, y en el Norte de Italia, hasta más allá de Venecia; es posible, aunque muy dudoso, que el toscano rava ‘barranco’, Lacio rava ‘peñasco’ tengan el mismo origen; vid. Merlo, It. Dial. XI, 86; Jud, VRom. II, 306; Battisti, Arch. dell’Alto Adige XXXI, 569; FEW IV, 259. Sea como quiera, el vocablo excede de los límites habituales de las palabras célticas, de suerte que el galés gro y otras palabras del céltico insular (Thurneysen, 102) quizá sean antiguos romanismos o tengan un origen precéltico común con el de las voces romances. Sin embargo, según J. Hubschmid, ZRPh. LXVI, 58, sería galo.

1 Sin embargo Alcover trae un ej. del S. XIII (Costumbres de Tortosa).