GOTA, del lat. GŬTTA íd.

1.ª doc.: orígenes del idioma (Apol., 150d, etc.).

La aplicación a la denominación de enfermedades es ya muy antigua. Como equivalente de rheuma (que en griego significaba propiamente ‘fluencia, flujo’) figura ya gutta en Notas Tironianas (SS. I-VIII), ALLG X, 269, y en castellano desde Berceo (S. Dom., 398); se halla también en mozárabe (Simonet, s. v. gótha); gota coral ‘epilepsia’, APal. 136b, Nebr., etc.

DERIV.

Gotear [APal. 186d; Nebr., etc.]; goteado; goteo. Gotera [doc. de Osma, de 1212, en Oelschl.; J. Ruiz, 464c; etc.], de la ac. ‘sitio en que cae el agua de los tejados’ vino la costumbre de mencionar las exidas y goteras entre las pertenencias de una propiedad (como en el citado doc. de Osma, también en los Fueros de la Novenera y en Vidal Mayor, V. los respectivos glosarios), de ahí el vocablo pasó a significar, en plural, los alrededores de una casa (Santander) y, de ahí, las afueras de una ciudad, en América (hablando de Buenos Aires, D. F. Sarmiento, Facundo, ed. Losada, pp. 170, 262); ‘gota de líquido’ ast.; goterada ‘aguacero’ ast.; goteru ‘pequeña cantidad de agua o de otra bebida’ ast. (V); gotero; goterón. Gotoso [Nebr.: ‘el que padece de podagra’ y ‘el que sufre de gota coral’].

CPT.

Gotadura ‘vejiga llena de líquido que se forma en el pie’ ast. (V).