GOFO, ‘necio, ignorante, grosero’, tomado del it. gòffo ‘grosero’, ‘torpe’, de origen incierto, probablemente de creación expresiva.

1.ª doc.: 1517, Torres Naharro; Juan de la Cueva, † h. 1610; Góngora.

Gillet, Propaladia III, 741. Juan de la Cueva lo aplica a cosas (gofas chanzonetas), Góngora lo emplea un par de veces con referencia a personas. Covarr. dice «vale tanto como grossero, villano en el talle y trage, en las razones y conversación»; y aunque añade, comparándolo con el italiano, «a mi parecer mucho más usado es en la lengua castellana», no hay duda de que no era así. En italiano el vocablo goza de mayor popularidad y savia, y es usual por lo menos desde el S. XV (Lorenzo de’ Medici; Berni y Lasca, a primeros del XVI, etc.; uno de los glosarios alto-italianos del S. XV publicados por Mussafia trae ya zogare ai goffi). Parece haber entrado o por lo menos haberse consolidado como voz técnica de pintura, en figura gofa (Carducho, a. 1633, vid. Terlingen, 102, 114). Hoy vive en hablas americanas: Costa Rica bofo y bofe ‘pesado, antipático’, mej. boje ‘simple, tonto’, venez. gofio, debido a influjo de necio, sandio, zafio, y aplicado también a cosas, vid. Cuervo, BDHA IV, 251, n. 2. No veo razones decisivas para afirmar que en canario gofio ‘harina gruesa de maíz, trigo o cebada tostada’, alimento típico del pueblo canario, sea otra cosa que esta variante del adjetivo, con el sentido primitivo de ‘comida grosera’ o ‘molida gruesa’, aunque Max Steffen (Rev. de Hist. de la Univ. de La Laguna, n.° 62, 1943, p. 135) afirme que es de indudable origen guanche; desde luego será indígena la comida, ya descrita por Virgilio como propia de Libia, pero esto no prueba que lo sea su denominación canaria. Pérez Vidal cita ejs. de gofio en cronistas antiguos, pero sin fecharlos1. Hoy se ha extendido el gofio a gran parte de América, desde la Arg. a Puerto Rico, y Pichardo ya lo recoge como usual en Cuba, pero siempre con alusión a Canarias2.

En cuanto a la voz italiana, son improbables las etimologías germánicas (ZRPh. XLII, 156) y griegas (Diez) que se han propuesto, como observa M-L. (REW 3907), y tampoco es de creer que venga del it. gufo ‘buho’ y sus variantes, como sugiere Sainéan (BhZRPh. I, 113); la misma raíz expresiva reaparece en francés, donde un derivado ya se documenta h. 1340, de suerte que Wartburg (FEW IV, 305) la cree creación paralela y no tomada del italiano.

1 Sin embargo, vid. ahora Régulo Pérez, Rev. de Hist. de La Lag. n.° 78, p. 250, que cita abundante documentación de gofio en los SS. XVI-XVII, con ej. en A. Bernáldez, de hacia el año 1500 o 1510. Ante fecha tan temprana se hace imposible admitir el origen italiano y muy difícil el románico: será, pues, voz indígena, o habría que deducir que el adjetivo gofo era onomatopeya española paralela y no descendiente de la italiana. Más ejs. de gofio en cronistas y poetas canarios de los SS. XVI-XVII cita M.ª Rosa Alonso, El Poema de Viana, 1952, p. 397. Véase también el estudio monográfico de J. Álvarez Delgado, Actas de la Soc. Esp. de Antrop., Etnol. y Prehist. XXI, 20-58. En realidad no parece, aunque Cuervo dé a entender lo contrario, que la forma con i sea adjetivo en parte alguna, pues el venez. gofio sólo me es conocido en el sentido de ‘especie de alfajor hecho con harina de maíz agregándole dulce’ (Rivodó, Voces Nuevas, 86). Luego parece asegurado el origen guanche.―

2 El menorquín gòfies ‘buen bocado’, ‘manjar bueno’, queda muy alejado, y Moll se inclina a creerlo de origen dialectal italiano, de OFFULA, quizá con razón (AORBB III, 33).