GLERA, ‘cascajar, arenal’, ant. y dial., del lat. GLARĔAl> íd.
1.ª doc.: Cid.
En cuanto al port. leira y sus afines, debe de ser otra palabra, pues significa ‘porción de tierra labrantía’, ‘caballón’ y ‘surco para echar la simiente’, con los derivados leirar ‘dividir en leiras’ y Beira leirão ‘espacio de terreno cultivado’. Gall. leira ‘heredad labrantía, ora aislada o cerrada o contigua a otras’ (Vall.), ‘heredad labrantía’ (Lugrís), «sachan o millo nas leiras» (Castelao, 156.20); y ast. occid. leira o lleira ‘heredad labrantía de pequeña extensión’, ‘porción de tierra por labrar’.
En documentos gallegos medievales es recurrente la aplicación a un pedazo de viña, p. ej.: «leira de viña» en 1418 y 1456, «tres leiras de viñas que jazen ena veiga Táboas» en 1420, «le apotecó una leira de heredad» en 1520, documentos de Pontevedra leídos por Sarm., CaG. 71v, 173v, 167v, 172r. Aparece en arcaicos documentos portugueses de los siglos IX-XI en una forma bajo-latina larea que puede ser ya vieja y tradicional, y el dato más antiguo habla también de viña: «concedo ibidem larea qui iacet in cima de ipso viniale» a. 870, y otros de 955 y 1043, así como un diminutivo lariolina en 985 (CortesƟo, Subs.): el contexto de todos comprueba que se trata de extensiones de tierra labrada.
Aunque lo afirmara M-Lübke en su Rom. Grammatik (I, p. 369 de la trad. fr.) y no llegara a desmentirlo en el REW, hay que descartar la idea de explicar este grupo por GLAREA, pues se opone netamente el significado: apenas se concebiría que desde ‘arenal’ se pasara a ‘límite entre heredades’ y de ahí a ‘surco’, pero además el acuerdo semántico entre las acepciones gallega, asturiana y la básica en portugués, junto con el texto de los documentos antiguos, muestra que lo de ‘surco’ es sólo local, secundario y moderno. El propio M-L. parece haber tenido la intención de rectificar, pues en el REW3, s. v. glarea (n.° 3779), aun conservando allí el port. leira, al pie del artículo remite para éste a un artículo 4913 que se olvidó de redactar, pero que según el orden alfabético correspondería a una palabra en LARI-.
Por mi parte, rechazo ahora del todo la idea de que tengamos ahí el lat. AREA, con aglutinación del artículo, idea sólo concebible si fuese leonesismo en Portugal y Galicia, donde el artículo es a y no la. Y doy por seguro que se trata de un celtismo de la raíz indoeuropea PLଵ/PEL?- afín al lat. plā-nus (bált. común pla-nas [-nis] ‘era’), al esl. común polje, al griego πλα-κóς (πλάξ) ‘llanura’ y al tipo PLA-TU-S ‘llano’ que es común a casi todas las familias indoeuropeas (Pok., IEW 805-6, 831, 833). Pero en lugar de esas amplificaciones radicales en -N-, -?-, -K-, -T-, en céltico y germánico preponderó la amplificación en -R-: escand., ags., b. alem. flōr ‘losa’, ‘suelo’, ‘prado’, y por otra parte el irl. ant. y britónico común lār (ky. llawr, etc.), que, con la pérdida normal de la P- en céltico, corresponden a un tipo ieur. (pre-germánico y pre-céltico) PLଵROS: las glosas irlandesas más antiguas le dan ya la definición «solum», «pavimentum». Sin duda el céltico hispano debió de emplear lo primero como adjetivo, a juzgar por el nombre de la cumbre más alta del Guadarrama, Peñalara, que desciende, sin duda, de un célt. PENNA LଵRA ‘cabezas planas’ (el Peñalara no es una peña ni es puntiagudo3) y por el nombre, luego sustantivado, de la comarca castellana de Lara.
En el céltico lusitano y galaico debió de derivarse de ahí LଵR-IA ‘extensión de tierra llana o poco montuosa’ y por lo tanto cultivable, de donde normalmente leira. 1 Laredo, según el opúsculo de Tovar Cantabria Prerromana, M. 1955, 13-14, vendría del nombre de un árbol, vco. l(eh)er ‘pino’, que reaparecería en el nombre de las islas de Lerius (Lero, Lerina en Plinio; Hubschmid, Alpenwörter 21.55), probablemente en el lat. larix ‘especie de pino’ y en una inscripción romana de Aquitania (Marti Leherenno, CIL XIII, 111), pero sería muy extraño que Laredo hubiese tomado su nombre de un árbol de las alturas, como el larix y aun el vco. l(eh)er, y sobre todo sería extrañísimo que el colectivo de esta palabra prerromana sin descendencia románica tuviese, no un sufijo prerromano, sino el sufijo latino -ETUM. Laredo se puede localizar principalmente en tres lugares: en la costa de Santander, en la costa de la ría de Vigo (Laredo, pueblo agr. a Chapela, p. j. Redondela) y en la costa del Algarve (‘conjunto de arrecifes cascajosos’), triple localización que corrobora rotundamente la etimología que yo admito. Hay todavía un Lareo, aldea agregada a S. Pedro de Salgueiros (p. j. Lalín, Pontevedra) que quizá tenga el mismo origen: no está ya a la orilla del mar, pero sí cerca de un río muy importante, el Ulla, por tanto en lugares de GLAREA. *GLARୱTUM se debió formar como VINETUM de VINEA (cf. por otro lado, SAXETUM, SABULETUM, FIMETUM y los románicos penedo, macereto, fontaneto, pantaneto). El it. greto [S. XIII] y ghiareto [S. XVIII] ‘terreno cascajoso’ parecen venir ambos de *GLARETUM (así Prati), aquél a través de Gh(i)ereto, cf. el NL. it. Ghiereto (entre Florencia y Bolonia), llamado Glerito en 1072.― ↩ 2 Pero con estos comp. el fr. ant. larriz, langued. y gasc. lairis, lei-, ‘terreno inculto’ (Meillon; Sauvages; Tilander, Rem. sur le Roman de Renard; etc.), que ha de ser otra cosa.― ↩ 3 Tiene una gran laguna junto a la cumbre y está cubierto de nieve hasta después del invierno. Frente a Peñalara está, casi con la misma altura, Cabeza de Hierro. Los dos nombres tienen en su origen sentido tan paralelo como la posición de los dos picos. En Portugal, entre Oporto y Braga hay un pueblo de Pedra-Lara (cerca de Póvoa de Varzim), que será un homónimo de Peñalara alterado por etimología popular. ↩