GIGANTE, tomado del lat. gĭgas, -antis, y éste del gr. ƔίƔας, -αντος, íd.

1.ª doc.: Berceo.

También en J. Ruiz, APal. (132b, 180d), Nebr., y frecuente en todas las épocas. Duplicado de gigante es jayán ‘gigante’ (Quijote I, v, 15, y en libros de caballerías, S. XVI), ‘hombre común, pero de estatura y fuerzas notables’ [1596, J. de Torres], ‘rufián’ [1609, J. Hidalgo], tomado del fr. ant. jayant (hoy géant), que procede de un lat. vg. o romance ant. *GAGANTE, forma asimilada (comp. pic. gaiant; esta asimilación se ha repetido en fecha más moderna en muchas partes: Toulouse jagan, genov. ant. zagante, val. jagant). De todos modos, si es latino, debió de ser tardío y no hay que pensar en nada primitivo: el lat. gigas es helenismo tardío y literario, pues el griego ƔίƔας mismo no es palabra heredada del indoeuropeo, donde no tiene etimología (ni parentesco con el lat. ingens, contra la opinión de algunos); las últimas investigaciones indican desde todas partes que es préstamo de una lengua oriental, donde son de esperar las gigantomaquias (y no en los combates de la epopeya griega), igual que los centauros, dragones y titanes (vid. F. Vian, La guerre des géants: le mythe avant l’époque hellénistique, París, 1952; H. Güterbock, The Hittite version of the Hurrian Kumarbi myths, Amer-Journ. Arch. 1948, 123 ss., W. den Boer, Museum, Leiden, 1954, pp. 4-5)1.

DERIV.

Giganta. Gigantea; giganteo, también gigántico, gigantino, y más recientemente gigantesco [Terr.; L. F. de Moratín], tomado del fr. gigantesque [1598] y éste del it. gigantesco. Gigantez. Gigantismo. Gigantón. Agigantarse; agigantado.

CPT.

Gigantomaquia, formado ya en griego (ƔιƔαντομαχία) con μάχεσȎαι ‘pelear’.

1 Pongo ahí esta nota sobre todo porque J. B. Hofmann, Etym. Wb. d. Griech, llamó la atención en 1949 en su artículo ƔίƔας hacia una palabra letona gāgans que significaría ‘soga larga’ y ‘gigante’, lo cual se parece a dicho lat. vg. *GAGANTE. Pero no pasará esto de una coincidencia curiosa, puesto que no existe tal cosa en las demás lenguas baltoeslavas y el propio Hofmann se expresa con grandes reservas («si es que [ƔίƔας] es voz hereditaria»). Además en el propio letón debe de ser vocablo poco corriente: no lo citan Endzelin, la gran autoridad letona, en su Comparative Phon. and Morphology of the Baltic Languages, ni el diccionario letón de Turkina, ni el etim. ruso de Vasmer, ni Pok. ni el Manual lituano de Senn: supongo se trate de una adaptación del cultismo griego ƔιƔģν)- a un nombre indígena de la soga (cf. letón gāfat ‘graznar como un ganso’ = ruso kokotatĭ ‘cacarear’ onomatopeyas inconexas con ƔίƔας y sus variantes).