GAZUZA, ‘hambre’, voz familiar, del mismo origen incierto que el cat. cassussa íd.; como en América Central tiene varios significados que se agrupan alrededor de la idea de ‘persecución’, es probable que se trate de un adjetivo gazuzo, todavía empleado en la Arg. y Chile, en el sentido de ‘el que va a la caza de comida’, derivado de cazar.
Falta todavía en los lexicógrafos del Siglo de Oro. Hoy es voz bastante usada, pero marcadamente familiar, casi jergal, en el sentido de ‘mucha gana de comer’, ‘vivo apetito’, ‘hambre’. Indica en tono pintoresco un gran apetito, más que hambre pasada por necesidad. Es ponderativo, no peyorativo. El mismo valor tiene el cat.
cassussa, también vocablo familiar (ejs. de los SS. XIX y XX en Alcover y Ag.). La Acad., ya en 1817, registra gnía.
gaza ‘gazuza’, que es derivación regresiva. En Chile es corriente
gazuzo ‘hambriento, el que tiene mucha gazuza’ (Román), que también se emplea en la Arg., por lo menos en Tucumán: «Mi tío es un
gazuzo: ha comido solo hasta que se le hinchó la barriga» (Fausto Burgos,
La Prensa de B.
A., 4-IV-1943). Reveladoras son las acs. centroamericanas de
gazuza: ‘manchita, juego infantil consistente en que los jugadores persiguen a otro muchacho que tiene un objeto, hasta quitárselo’, en el Salvador ‘el aficionado a arrebatar lo ajeno’ (que Malaret citará de Salomón Salazar,
Dicc. de Barbarismos Centro-Americanos), en Honduras secundariamente ‘el que no se deja engañar fácilmente’, en Costa Rica ‘bulla, baraúnda, algazara’ (Gagini), procedente de la que se hace en el juego de la
gazuza. El significado de éste y la forma del cat.
cassussa y del arg.
gazuzo, nos revelan que éste significó ‘el que trata de cazar o apoderarse de algo’, y luego ‘el que quiere satisfacer su hambre’, de donde finalmente el sustantivado
gazuza.
Un prisionero italiano procedente de Bergamo empleaba la palabra gasusa para decir disimuladamente ‘hambre’ (Spitzer, BhZRPh. LXVIII, 244)1, y en Sicilia gazzusa es «celia di rigore ove si mettono i carcerati che vanno in punizione» (y en la cual seguramente pasarán mucha «gazuza»), lo cual prueba que el vocablo español pasó a Italia con el carácter de palabra jergal, empleada en gerghi del Norte y del Sur del país. La etimología vasca de Larramendi, gose utsa ‘el hambre pura’ (uts ‘vacío’, ‘mero’, ‘puro’), no hallaría dificultades fonéticas insuperables en castellano, pero no explica la c- catalana, que es indudablemente la inicial antigua, pues c- se cambia fácilmente en g-, pero no lo contrario; por lo demás, esta clase de vocablos no suele venir del vasco.