GALDRUFA, ‘peonza’, arag., hermano o descendiente del cat. y oc. baldufa íd., de origen incierto; como la forma más extendida, aun en aragonés, es galdufa, no puede haber relación con el ár. ȟuȝrûfa ‘circulito de piel al que los niños hacen dar vueltas para producir un silbido’.
Figura también en Peralta y en Borao, pero en Segorbe, Caspe y la Puebla de Híjar dicen
galdufa (Torres Fornés;
BDC XXIV, 171). La forma
galdrufa se ha extendido al Valle de Arán y al catalán de Tamarite de Litera (
ZRPh. XLV, 222);
galdufa se dice en Tortosa (Moreira,
Folkl.
Tortosí, 149),
gaudufo,
gauduflo y formas análogas en varios dialectos de los Altos Pirineos, Alto Garona, Ariège, Tarn y Hérault, pero la forma
baldufa es casi general en catalán y predominante en lengua de Oc, donde se extiende o se ha extendido por todo el territorio lingüístico, hasta los Alpes y el Forez (Haute-Loire); el oc. ant.
baldufa se halla ya en la Edad Media (Levy),
baudiffa en Limoges en la 2.ª mitad del S. XVI (
Rom. XXXV, 479) y era también conocido de Rabelais, quien fantasea un libro titulado
La Bauduffe des Thesauriers en la biblioteca de Saint Victor (
Pantagruel, cap. 7, p. 37); y aunque apenas tengo ejemplos del cat.
baldufa anteriores a princ. S. XIX (de todos modos hay
balduffa en el diccionario sin definiciones de Jacme Marc, de 1371), no cabe dudar de la antigüedad de esta palabra en catalán, pues de allí pasó al sardo
bardúffula (
RLiR IV, 44, y mapa 17), alguerés
baldúfura (
BDC X, 135). Basta con estos antecedentes para demostrar que
baldufa es la forma más antigua, que pasó a
galdufa y de ahí a
galdrufa con
r adventicia, debida a la repercusión de la
l. Por lo tanto ha de rechazarse inapelablemente la etimología ár.
ȟuȝrûfa propuesta por Asín (
BRAE VII, 356-7), que no conviene fonéticamente, y tampoco satisface al sentido, puesto que según su autor significa «circulito de piel al cual van sujetos dos cordeles o hilos juntos, y que, al ser lanzado por un niño con sus manos, da vueltas en redondo, produciendo un sonido», según Freytag «orbiculus, quem traiecto funiculo pueri manibus gyrant, ut sibilus audiatur»: luego no es una peonza, sino un juguete para producir un silbido
1.
Aplazo el estudio completo de la etimología de
baldufa hasta mi
DECat.; desde luego hay muchas posibilidades más convincentes, como derivar de oc. ant.
baud ‘alegre’ (de donde cat. ant.
baldament ‘ojalá’), de conocido origen germánico, o relacionar con el cat.
balda ‘aldaba’ (del árabe), puesto que la
balda da vueltas alrededor de un eje fijo, o con
balder ‘holgado, que se mueve libremente o cabe ampliamente en un lugar’;
-ufa no es sufijo raro. Poco convincente lo que propone Spitzer,
ZRPh. XLIV, 102.