GACHUMBO, origen incierto.
Léese en
Aut. «especie de coco, cuya madera es dura y fuerte, de color amusco claro, que en labrándose queda tan lisa que reluce; sirve para hacer rosarios, tabaqueras y otras buxerías curiosas». El Arancel de Aduanas de 1782 cita los bastones de
cachumbo junto con los de cuerno, hueso, coco y metal (
DHist.). Pero ya en 1843 la Acad. se limita en el artículo
cachumbo a remitir a
gachumbo, el cual define «en varias partes de América, la cubierta leñosa y dura de varios frutos, de los cuales hacen vasijas, tazas y otros utensilios», y así ha quedado hasta hoy. Ignoro las fuentes de la Acad.: el vocablo falta en Alcedo (1789). Malaret dice que no se conoce tal cosa en Colombia ni en Chile, basándose en la afirmación de Sundheim y de Cavada respectivamente, y por su parte agrega que no es voz conocida en parte alguna importante de América. Del uso del vocablo en España es testimonio el cat.
catxumbo, documentado en 1789, 1794, y modernamente en el Ampurdán y en Mallorca, hablando de bastones, rosarios y zapatos de este material; por mi parte he oído muchas veces decir que algo es
de color de catxumbo cuando tiene un color sucio o indefinible. En América acaso haya parentesco con el aimará
cachuma, quichua
cáchum, nombre de una planta indígena parecida al pepino, documentado varias veces desde Garcilaso el Inca (1602), vid. Friederici,
Am.
Wb., 112. Sería concebible que de la cáscara de un fruto semejante al pepino se hicieran vasijas, y que el vocablo se aplicara secundariamente a un árbol de fruta análoga al coco, empleada con el mismo destino, cuya madera por otra parte se usara para hacer bastones, etc.; tampoco habría dificultad en el cambio de
cachuma en
cachumbo, comp.
balumba <
baluma,
balumo; entonces debería partirse del aimará y buscar el origen en Bolivia (nada parecido en Ciro Bayo). De todos modos inspira desconfianza lo incompleto y vago de la documentación. ¿O será de origen africano? Quizá lo más probable sea que haya una confusión de la Acad. y no se trate de un árbol americano, sino malayo; tal vez una deformación de
cachunde, port.
cachondé, aunque éste no es nombre del árbol, sino de la pasta masticatoria que se extrae de su madera.
Cachunde es compuesto del malayo
kāƇu, nombre del árbol, y
ondeh ‘bollo, pastelito’; en cuanto a
kāƇu, port.
cacho o
catechu, con su derivado
catechueira, son el nombre de la
Acacia suma, árbol malayo también llamado
pau-ferro por los portugueses, cuya madera «é universalmente estimada pela sua
duração» (vid. Dalgado I, 165, 233-4; Fig.). Comp. brasil,
cachumba ‘inflamación de las parótidas’
1.