FREO, ‘canal estrecho entre dos islas o entre una isla y tierra firme’, tomado del cat. freu ‘estrecho de mar’, que procede del lat. FRĔTUM íd., pero es incierta la explicación de la -u.

1.ª doc.: Tofiño (1732-95), Derrotero del Mediterráneo, p. 158: «dicha punta es una de las que terminan los freos o canales que hay entre Ibiza y Formentera»; Acad. 1899.

En catalán freu se halla desde el S. XIII (Jaime I; Cons. de Mar, cap. 67, ed. Pardessus, 114), y sigue hoy siendo popular en la Costa de Levante (oído en Sant Pol, Blanes y Lloret, con e abierta en aquellas dos localidades), en Mallorca e Ibiza, etc.; se aplica especialmente al canal entre una isleta y tierra firme. Del catalán ha pasado a oc. mod. friéu (vivo en Marsella y costa provenzal, Mistral) o fréu. Por lo demás, el lat. FRETUM no ha dejado descendientes romances (Wartburg cita, empero, un venec. ant. frieto, cuya t si no es muy arcaica indica cultismo). Ofrece dificultad la u catalana, donde se esperaría -t, pues en este idioma -u puede representar D o T?, pero no -TU. Se ha explicado diversamente. Subak (Litbl. XXIV, 246) sugiere un préstamo del genovés, pero es idea sin fundamento, pues el vocablo no existe en este dialecto. Griera (BDC VIII, 19) afirma que la irregularidad se debe al deseo de diferenciar este vocablo de fred ‘frío’; pero es idea confusa e inadmisible, pues la homonimia puede influir en el sentido de que, entre dos formas preexistentes, se dé la preferencia a la que no es homonímica, pero nunca puede causar el nacimiento de una forma que por lo demás no pudiera producirse1. M-L. (REW 3499) parte de un plural FRĔTOS, que puede prescindir del asterisco, pues el masculino FRETUS, -I, se halla en Varrón y otros autores arcaicos (y en el tardío Jordanes, vid. Ernout-M.); su idea es que si ADSATIS dió el cat. assau y los infinitos plurales en -TOS sólo han dado cat. -ts por analogía del singular, FRETOS pudo ser tratado como ADSATIS (> assadz > *asá > asáȮ, como HERDEM > eré > eréȮ). En cuanto al uso de FRETOS con valor de singular fundará M-L. esta presunción en el uso del plural FRETA en los clásicos; pero sabido es que entonces significa metonímicamente ‘el mar’ (pastor cum traheret per freta navibus...: ‘pasos marítimos’ > ‘el mar’); cuando se aplica al estrecho de Sicilia, al de Gibraltar y a otros semejantes tomados individualmente lo veo siempre en singular (vid. Forcellini); además, mientras se dijo illos fretos era imposible que pasara a freu, pues el artículo plural hubiera mantenido la conciencia de la pluralidad e impedido por lo tanto que diera otra cosa que frets; sería menester suponer que en un momento dado se tomara FRETOS por un neutro en -US (como CORPUS, etc.): por lo tanto esta explicación es muy hipotética e inverosímil.

También lo es la que propuse en BDC XIX, 25n.: partir de un derivado *FRĔTĔUM; es posible, sin embargo, que así como se llamó fretense mare al estrecho de Sicilia y Oceanus fretalis al canal de la Mancha, se hablara también de mare fretĕum para los estrechos entre islas, expresión luego sustantivada.

Me inclino ahora a admitir como más probable que cuando los vocablos en -ETU se pronunciaban ya -edu (con d oclusiva) y los en -ADU sonaban -au, el influjo de otros términos marítimos de significado conexo, como GRADUS ‘desembocadura de un río’, ‘puerto’ (> cat. grau) y VADUSvado’ (> cat. ant. guau; nótese que los estrechos entre una isleta y tierra firme son a menudo vadeables) cambiara fredu en *fredu, de donde freu2.

DERIV.

De la palabra latina: transfretar; transfretano.

1 En BDC XVIII, 140, empeora todavía su explicación suponiendo que los «regulares» fret < FRETUM y freu < FRIGIDUM trocaron sus formas; pero fred ‘frío’ no viene de FRIGէDUM (que hubiera dado *frègeu), sino de FRIGDUM (>it. freddo, fr. froid, cast. ant. frido), y la D apoyada no puede vocalizarse en u (comp. LARDUM > llard, etc.). Por lo demás, nótese que *fret como resultado de FRETUM debía tener otro timbre vocálico que FRIGIDUM en catalán oriental y balear, y por lo tanto no había hominimia.―

2 Mistral apunta que freu podría venir del ingl. frith ‘brazo de mar’, o mejor dicho de un antepasado suyo. Esta palabra aparece primeramente en 1600, antes (y hoy también) era firih, que es préstamo del isl. firir, plural de fjörr ‘fiord’. Derivar la voz catalana de la inglesa no es posible por razones geográficas, y el gótico o el normando no podían tener una base que explicara la forma catalana.