FRAGANTE, ‘oloroso’, tomado del lat. fragrans, -antis, íd., participio activo de fragrare ‘echar olor’.

1.ª doc.: 1554, Jerónimo de Sempere, autor del Libro de Cavallería Celestial del Pie de la Rosa Fragante; 1607, Oudin.

Aunque falta en Nebr., APal., etc., no es inverosímil que sea anterior, pues el cat. fragant se halla desde fines del S. XIV (Eiximenis, Regiment, 25.4, 30.18; Canals, Arra d’Ànima, 156, 160). Aut. se empeña todavía en preferir la forma más cultista fragrante. FRAGRARE vivió con carácter popular en catalán (flairar), en portugués (cheirar) y en otros romances [gall. y port. cheirar ‘oler, echar olor’ Ctgs. 34.28 etc.]; de ahí cheiro ‘olor’ [Ctgs. 34.26] ‘hedor’ [MirSgo. 69.18] maa cheiror ‘hedor’ [Ctgs. 102.45].

DERIV.

Fragancia [flagrancia, 1542, 1613 y en Quevedo; fragrancia, med. S. XV (C. C. Smith, BHisp. LXI), 1605, Quijote; fragancia, h. 1600, Mariana], vid. Cuervo, Obr. Inéd., p. 219n.15.